miércoles, 11 de enero de 2017

Enero 07 de 2017

“Llegó la hora de despertar”

Si no aprovechamos estos momentos de efervescencia y calor, como otrora, lo dijera nuestro gran prócer José  Acevedo y Gómez hace más de 200 años cuando arengaba al pueblo  a luchar en contra de las arbitrariedades, injusticias y atropellos de la época, vamos a ver que la historia se va a  repetir con la anuencia  de este espurio que tenemos por presidente.
Afortunadamente todavía hay personas verracas, valientes, conscientes, amantes de la justicia, de la democracia, que no le temen a nada, en un país en donde decir verdades o hacer cosas que afectan el buen funcionamiento de la corrupción puede ser sinónimo de muerte.
Dado es el caso de la versión femenina del prócer antes mencionado, la señora Gladys Sánchez Castro quien  desafiando a toda esta caterva de corruptos y apátridas que nos gobiernan, solicita  a la autoridad competente, en este caso, la Registraduría  Civil del Estado para que le apruebe la solicitud de inscripción del Referendo Constitucional aprobatorio denominado “Referendo por un país mejor”, suicida iniciativa para la revocatoria del mandato del llamado Juan Manuel Santos Calderón para que no les quede ninguna duda contra quien va dirigido este referendo.
Con fecha diciembre 20 de 2016 dicha Registraduría Civil emitió la resolución No 13324 en donde acepta esta solicitud reconociendo como promotora y vocera del referendo Constitucional  Aprobatorio denominado “ Referendo por un país mejor” a la señora Gladys Sánchez   identificada con la cc 51.744581 por cumplir con los requisitos establecidos en la ley 1757 del 6 de julio de 2015.
No podemos desperdiciar esta oportunidad que nos está dando la Constitución y que esta señora encontró, como una solución viable para sacar del poder  a este violador de la Constitución y del Estado de Derecho, con el referendo que aquí nos presenta.
Las tres preguntas claves para firmar esta revocatoria, y si usted es consciente de la situación que vive el país, de seguro que va a firmar  con gusto y a conciencia:
1) Está usted de acuerdo en aprobar que ningún empleado público desde el presidente para abajo, gane una remuneración superior a los 10 salarios mínimos  legales vigentes?  Con el parágrafo o salvedad que a la aprobación de este artículo, toda disposición legal anterior y contraria a este se declarara insubsistente?
2) Aprueba usted la revocatoria por insatisfacción general de la población colombiana del segundo mandato del señor Juan Manuel Santos Calderón para la cual y mientras se legisla al respecto se aplicará por analogía jurídica la ley estatutaria 1757 de 2015.
Y ojo con esta tercera pregunta, pues aquí está el blindaje a este referendo que no les dará oportunidad de que otro presidente o el Congreso, pueda cambiar la decisión  al año siguiente. 
3) Aprueba usted la modificación del artículo 374 de la Constitución Política  de Colombia el cual quedaría así:
Art. 374: La Constitución política de Colombia podrá ser modificada o reformada solo por referendo.
De ahí que a la aprobación de este articulo toda disposición legal anterior y que sea claramente contraria se declarara también  como insubsistente.
Por  estas razones y debido a la insatisfacción del pueblo colombiano  en general por este gobierno y sus secuaces, necesitamos y esperamos que esos 6 millones y medio que votamos por el NO, los inconformes, y todos los que estamos viendo como este país se va a ir al abismo sino tomamos los correctivos correspondientes, nos unamos directamente a esta campaña para ayudar a esta heroína moderna y a sacar adelante este referendo.
Hay dos opciones para aprobarlo según el número de firmas recogidas, la primera seria recoger las firmas del 5% del censo electoral actual, que equivaldría más o menos a 1.800.000 firmas con la cuales pasaría a aprobación por parte de la Corte Constitucional y el Congreso de la República, pero ante los antecedentes de corrupción anteriores en donde todo lo están aprobando a pupitrazo limpio, lo más seguro es que no sea aprobado por orden de los “Patrones”.
Por esta razón, tenemos que curarnos en salud y es aquí  en donde nos favorece  el artículo 9 de la ley 1757 de julio de 2015 que dice que superando los 8 millones de firmas  más del 20% del censo electoral actual, se obvia el paso de aprobación por parte del Congreso por ser una orden directamente popular  ordenándole que tiene 20 días para que cite el referendo.  
Cabe aclarar que en Colombia  la Constitución Política determina la participación ciudadana como  un fin esencial del estado, un fin democrático que garantiza que la soberanía reside en todos los colombianos, es decir que todos podemos tomar parte de las decisiones sobre temas que a todos nos afecta pudiendo ejercer control y limitar a los poderes del estado.
Quienes pueden firmar?
Pueden  firmar el formulario todos los colombianos mayores  de 18 años, los que votan regularmente y aquellos que nunca han votado.
a) si sacó recientemente la cédula y la obtuvo antes del 30 de noviembre fecha de la última actualización puede firmar.
b) Si nunca ha votado, entre a la página de la Registraduría y consulte en donde está registrada su cedula  para votar,  si aparece  con asignación, puede firmar.
c) y si ha votado regularmente con mayor razón, puede firmar
Guía para diligenciar el formulario:
1) Imprima el formulario que aparece en los links que están en Facebook y  que consta de dos partes, la delantera  en donde deben firmar y la trasera en donde están las preguntas claves para que usted dé su firma.
2)  impresión que debe ser  en formato tamaño oficio a fin de que no salga cortado y evitar con ello que  sea anulado.
3) Procure que el firmante llene el espacio con su letra.
4) Una vez lleno el formulario (15 firmantes) escanéelo en PDF y envíelo al correo  marujin07@gmail.com, esto con el fin de que quede constancia que el formulario se envió.
5) envíe el o los  formularios físicos por correo certificado a nombre de Gladys Sánchez Castro cc: 51.744581 cel: 3123125094 Servientrega Centro Comercial Suba local 1-103 de la calle 139 No 91A19 Bogotá.
&) Esperar a que las demás personas  como usted, firme y haga todas las diligencias respectivas para sacar adelante este objetivo, antes nunca visto en Colombia.
Colombianos llegó la hora….esto es un hecho, no es ninguna utopía todos los datos son verificables, no coma entero… verifique.

Por la redención de Colombia…Firma 

miércoles, 4 de enero de 2017

Enero 02 de 2017
“La experiencia se respeta”

 A raíz de la consolidación  por  whatsApp  del  grupo “Liceo 50 años” en donde el concepto  “Amistad Incondicional” prima en cada uno de sus integrantes, voy a contar una situación muy allegada al caso, sobre cómo manejamos esa conceptualización  desde hace muchos años.
No voy a mencionar los nombres de los amigos y empresas involucradas en esta crónica, pues lo que trato de resaltar es la desinteresada amistad que nos ha unido desde que entramos  a estudiar por primera vez a ese recinto sagrado  del  saber llamado Liceo Antioqueño de la Universidad de  Antioquia.
Y he aquí la historia: para mediados de diciembre de 2015  fui contratado como jefe de seguridad de una empresa  dedicada a la enseñanza del diseño de  páginas Web y eventos  tecnológicos.
Todo comenzó muy bien. Como  requisito inicial para mi ingreso  me exigieron seguridad social  la cual tenía como beneficiario de un hijo  y a la pregunta que si aportaba para jubilación, mi respuesta fue que esa situación ya estaba superada, pues ya había reclamado mi bono pensional.
Con estos dos requisitos  explicados, fui contratado verbalmente en el puesto con un contrato supuestamente por prestación de servicios.
Por motivo de vacaciones, la empresa cerro hasta el 7 de Enero de 2016  fecha en la cual comencé a trabajar en forma.
Pasaron los días y no se volvió a hablar ni de contrato ni de requisitos.
Yo desarrollaba mi actividad en forma  normal y diaria de lunes a viernes de 4pm a 10 pm, con la subordinación, a falta de una, de dos personas que me daban órdenes.
Si se presentaba algún evento trabajaba los sábados y domingos considerados como días u horas extras.
Las cosas marchaban muy bien pues ya era persona de confianza en la empresa  la cual me correspondía cerrar todas las noches bajo  todos los conceptos de seguridad.
Quincenalmente me pagaban las horas trabajadas con una cuenta de cobro expedida por ellos, la cual firmaba una vez me depositaban el dinero en una cuenta de ahorros que me hicieron sacar para tal efecto.
Pasaron los primeros seis meses  y el sueldo no tenía ninguna variación, si trabajaba me pagaban  y si no lo hacía pues no había ninguna contraprestación monetaria.
Las cosas continuaron normalmente, hasta octubre de 2016 cuando me llamaron a relación diciéndome que tenía que pagar mi seguridad social y mi ARL para legalizar el contrato,  requisitos para los que no opuse objeción y  averigüé todo lo que debía de hacer para  tal legalización.
Posteriormente les informé que  tenía todo listo para afiliarme a las entidades  respectivas  ante lo cual me respondieron que debía esperar.
Nunca más se volvió a hablar del tema, pero yo si quede con una duda,  pues estaba cumpliendo con un horario, estaba subordinado a dos personas y me pagaban por eso, requisitos indispensables para consolidarse un contrato normal de trabajo. Sin embargo no manifesté nada al respecto.
Llegó el día 14 de diciembre de 2016 cuando el gerente me llamó a su oficina y en forma verbal me explicó que debido a  restructuración empresarial, hasta ese día prescindían de mis servicios, exponiendo sobre su escritorio la cuenta que cobro que me debían por concepto de esos 14 de diciembre trabajados, dinero que me consignarían al otro día lo cual objeté  de inmediato que si las cosas eran así, me entregaran también  de inmediato mi dinero para poder firmarles.  Ante mi actitud desconocida por ellos y viendo mi reacción procedieron a depositar el dinero y una vez confirmada la operación procedí a firmarles su cancelación.
Y así como si nada hubiera ocurrido me despedí de ellos, agradeciéndoles  la  confianza depositada en mí.
Y es aquí donde comienza la acción. Me fui para la casa, pero en mi cabeza algo me decía que allí había ocurrido una injusticia, que eso no era normal,  que cómo era posible que fuera a salir por la puerta de atrás de una empresa a la que me entregué durante un año y con algunos pesos en el bolsillo que no suplían los gastos del mes de diciembre.
Esa noche no dormí pensando en la acción a seguir y fue así como a la mañana siguiente llame a una de las oficinas de trabajo para concretar una cita en donde expondría mi caso.
Con una amabilidad desconcertante por ser una oficina estatal, me atendieron con todas las de la ley. A vuelo de pájaro explique someramente mi situación. Mi interlocutor solo atinó a hacerme tres preguntas: usted cumplía horario?, era subordinado?  le pagaban por eso?  A todas respondí que sí, respuestas  ante lo cual él me respondió  que ese era un caso típico de un contrato normal de trabajo por lo cual tenía derecho a todas mis prestaciones de servicio, y procedió a darme una cita para el 11 de enero.
Con esta consulta mis ánimos se subieron al máximo y dije para mis adentros: la pelea va a comenzar.
Y es aquí en donde me refiero a mis amigos liceístas pues todos los de esa época tenemos la fortuna de tener los mejores pooles, entre otros, de abogados, médicos (cirujanos, pediatras, ginecólogos, traumatólogos)  asesores jurídicos y financieros, contadores juramentados, políticos, pues en ese ramillete de egresados tenemos profesionales en diferentes especialidades, amigos que están prestos a la consulta desinteresada sobre algún tema que nos ocupa.
Por esta razón procedí a llamar a un gran compañero de estudios, el as barbado en manejar temas contables, como asesor de grandes empresas en la capital paisa.
Una vez contactado  y después de exponerle mi situación me enteró de todo lo de ley a lo que tenía derecho y me remató con un: usted tiene la sartén por el mango, llame al gerente para que arregle por las buenas, así de fácil. Esas palabras fueron la segunda inyección de positivismo. Para no caer en ningún error y no porque desconfiara de lo que me dijo mi amigo, llamé a otro especialista en la materia para que me hiciera una liquidación tentativa basada en los datos que le suministre. Al poco rato ya tenía la liquidación en mi correo.
Para completar y tener material para exponer   con veracidad la injusticia a la que fui sometido, otro amigo al que le comente el caso se entró por internet a la página del Ministerio del Trabajo  y en la plataforma llamada Calculadora Laboral  basado en los mismos datos que le di al anterior amigo, me hizo otra liquidación virtual la cual era casi del mismo valor  de la que ya tenía en mano.
Con todos estos argumentos a mi favor, procedí a llamar al gerente y explicarle la situación, ante la cual se sorprendió dizque porque yo lo había engañado. No lo dejé hablar mucho y le resumí: en estos momentos lo estoy llamando ante la situación nada favorable que tienen ustedes conmigo, así que espero hagamos algún  arreglo amigable por las buenas, pues a pesar de ese despido tan insospechado en donde voy a salir por la puerta de atrás por una premisa que a lo mejor tiene otro significado, yo soy agradecido, pero una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa y así como no le quito un peso a nadie no permito que nadie me lo quite y más cuando tengo la razón. Me extraña su actitud - me dijo – a lo cual le respondí: no se extrañe que estamos en Colombia y más con Santos en donde ser bandido paga.
Así que sin ser ninguna amenaza, llame a su gente  que yo  ya  llamé la mía, refiriéndome a mis asesores y abogados amigos.
Espero su llamada - le dije- y colgué.
A los dos días me llamó a ver si nos podíamos entrevistar para llegar a un acuerdo amigable.
A las 11 am estuve en su oficina armado  de mi cartapacio con las liquidaciones tentativas que me habían hecho y con la información favorable en mi cabeza que  me habían explicado.
Nos sentamos, respiré profundo para escuchar sus argumentos en donde insistía que yo lo había engañado, estuve a punto de salirme de casillas pero me acorde de las palabras de mi amigo: “usted tiene la sartén por el mango” y lo deje que se desahogara.
Al final de su disertación me preguntó: Don Carlos cuáles son sus aspiraciones?
Respirando profundamente de nuevo le respondí: yo no aspiro a quitarle el edificio, ni pedirle cosas que no me corresponden, solo aspiro a que usted como gerente debe saber a las cosas a que tengo derecho como trabajador con un contrato normal de trabajo a término indefinido por ser verbal  porque el supuesto contrato que habíamos hecho inicialmente por prestación de servicios se acaba de caer, así es  amigo que esas son mis aspiraciones.
De inmediato sacó una liquidación, la cual me pasó para que la revisara.
La observe detenidamente dándome cuenta que ya se había asesorado y que su liquidación casi coincidía con las dos que yo tenía la cuales no le mostré. Sólo había una diferencia de 263.000 que correspondían al subsidio de transporte que no me liquidó y de lo cual le informé.
Asombrado me dijo: que cómo así que había esa diferencia?
-         Si señor así como lo ve tenemos esa diferencia.
De inmediato se paró de la mesa a hacer una llamada. Al rato regreso solicitándome el favor que le explicara de donde salía esa diferencia.
Con la tranquilidad del caso le dije: espere yo llamo a mi asesor para que me explique.
Le marqué a mi amigo liceísta  que ya sabía que iba para la reunión quien me contesto: que hubo marica como le fue?  .De inmediatamente sacando pecho le respondí: Hola mi doctor me encuentro aquí en la oficina del gerente quien me pide el favor que le explique de donde procede la diferencia de los 263 mil pesos? Respondiéndome: dígale a ese marica que sume esto con esto  divida y reste y ahí aparece la diferencia, así lo hice  le expliqué lo que debía hacer para sacar la diferencia, se fue a otra oficina y al rato regreso con otra liquidación.
Sólo tenemos una diferencia de 14 mil pesos - me dijo – A lo cual le contesté : yo por 14 mil pesos no voy a  pelear, consígneme ya ese valor, quedemos de amigo y borrón y cuenta nueva.
 La putería se le veía por dentro, pero él, muy diplomático, sabía aparentar.
Al momento llegó a informarme que ya habían hecho la transacción bancaria  presentándome el documento que daba por  terminado el impase para la firma final.
Lo cogí en mis manos aparentando   analizar su contenido, pero la razón era que me llegara  el mensaje del banco a mi celular, en donde me informaban de la consignación. Así fue, al momento llegó la confirmación y con la felicidad reflejada en el rostro firmé el finiquito.
Deseándole un feliz año me retiré no sin antes decirle con mucho respeto que cuan equivocados estaba esta juventud de ahora que creen que se las saben todas, menospreciando al adulto mayor que tiene la experiencia a su favor.
De inmediato llame a mi amigo asesor “el doctor” jajajaj, para informarle el coronis del negocio. Me felicitó pidiéndome  como regalo que hiciera esta crónica y la publicara por el wasaps  “Liceo 50 años” promesa que estoy cumpliendo en estos momentos.

Mis agradecimientos a este respetable grupo de profesionales amigos que siempre están dispuestos a  colaborar desinteresadamente a cualquier llamado de alguno de nosotros. Una  amistad sincera vale más que cualquier emolumento, con que hoy se compra la falsedad de esta sociedad moderna.