Enero 27 de 2013.
“Síndrome del colon puto e
inconforme”.
Según estadísticas, una de las
enfermedades más comunes de las que adolece el pueblo colombiano es el llamado “Síndrome de colon irritable”.
Analizando fríamente la situación
actual de nuestra querida Colombia, yo la designaría como “Síndrome del colon
puto e inconforme” y como no va a reaccionar así este órgano ante las
desaforadas injusticias sociales que se están presentando en esta década, con
el cinismo y descaro de unos cuantos hijos de, y más bien no lo digo para no
ofender a sus madres que no tienen nada que ver la desvergüenza de sus hijos, que
se han ensañado en auto beneficiarse y beneficiar a sus “patrones” llámense
también “compinches” pasándose por la galleta al pueblo que los eligió, la
constitución, las normas y las leyes vigentes para todo ciudadano de nuestro
país.
Como no vamos a sufrir de este
síndrome ante esa justicia selectiva en contra de los que no tienen el poder
económico para defenderse ante alguna eventualidad al caer en alguna de las
empresas de moda “testigos falsos” a
veces auspiciada por el mismo gobierno.
Como no nos va a afectar este
órgano esas “suntuosas pensiones” que se autoproclamaron los “honorables” que
afectan el fisco nacional en detrimento de las míseras pensiones que los adultos mayores reciben como
premio por haber entregado con sudor y
lágrimas parte de su vida a hacer patria desde sus oficios desempeñados, que no
le alcanzan ni para comprar su última morada y así obtener al menos una muerte
digna.
Y ni hablar de la salud, cuando
uno de estos “privilegiados” es víctima de un “soponcio” al instante hay una
ambulancia, un médico y todo un equipo auxiliador prestos a velar por su salud
, ya que el país puede perder una de estas “eminencias”, caso muy diferente del
que sucede con el colombiano del común que después de madrugar a hacer unas
filas interminables a pelear contra esos “ogros” de la salud empezando por los porteros,
con miras a solicitar una ficha para cualquier prestación de un servicio, caen
desmadejados o muertos a las puertas de estas instituciones llamadas EPS
“empresas para subyugar”.
Y que pensar de la educación en
donde a un gobierno le es más rentable
auxiliar un banco en quiebra porque este
si produce dividendos, que construir y dotar de buenos colegios e implementos
educativos a poblaciones donde mas se necesitan que a gritos pregonan esta
obligación nacional.
Además como no se va a afectar
también este órgano ante la entrega
descarada del país, de nuestras fronteras a las multinacionales que socavan
nuestro territorio ante la mirada indolente de nuestros gobernantes y la
pasividad y conformismo de esta juventud
enajenada por los juguetes electrónicos que día a día les inventan para no
dejarlos pensar ni ver que ocurre a sus alrededores, mientras los inventores
hacen de las suyas enriqueciendo sus
arcas a nivel mundial sin el peligro de una protesta.
Sumémosle a lo anterior las
arbitrariedades de ciertas autoridades que creen que por el hecho de portar un
arma, un uniforme y autoridad, esto les da “patente de corso” para actuar en
contra del pueblo colombiano.
Y así quieren los manejadores del gobierno
hablar de paz en una farsa llamada “Proceso de Paz” en donde al final fuera de la onerosa financiación que esto conlleva,
solo dejan una reestructuración de ambas partes para continuar la guerra.
Esto es grosso modo unas de las
tantas causas para sufrir del traumático “síndrome del colon puto e inconforme”
y no nos aterremos que aparte de este síndrome vengan el “síndrome del corazón
adolorido” el síndrome del hígado resentido”
producidos por los miasmas internos
segregados por la ira, el dolor de patria, la verraquera y el
inconformismo por las injusticias cometidas por unos apátridas que por
consentimiento y elección nuestra gozan de un poder.
No se de donde sacaron los datos
para que una encuesta nos favoreciera como uno de los países mas felices del
mundo. Si los datos los dio el Dane si les creo, a no ser que la RAE que ahora esta aprobando
toda clase de acepciones acepte que felicidad es sinónimo de masoquismo.
Carlos Javier Londoño O.