jueves, 5 de febrero de 2015

 Julio 24 de 2014.
Leticiano  El Inconforme 1

A partir de hoy y todas las semanas, aparecerá esta nueva columna de opinión  que bajo el seudónimo de “Leticiano el inconforme”, informará, denunciará, opinará, resaltará  sobre los diferentes temas positivos o negativos ya sean políticos, gubernamentales, turísticos, culturales, de seguridad y todo lo que tenga que ver con la problemática fronteriza que esté atentando contra la buena marcha de los corregimientos, su capital Leticia y en general a todo el departamento del Amazonas.
Escribo esta columna no con el ánimo de polemizar, crearme enemigos  ni causar controversias, simplemente lo hago con el fin de despertar la conciencia aletargada de muchos miembros de esa sociedad amazonense, indiferente al sinnúmero de problemas que se están presentando a diario  y que están dando al traste con la región.
Mis artículos y comentarios serán ante todo, escritos con imparcialidad y ecuanimidad en donde la veracidad basada en la confirmación de la noticia o comentario, sea demostrable.
Ya es hora de que se rompan esos esquemas de conformismo y dejadez que alimenta la corrupción en el departamento. Ya hay que tomar los correctivos  necesarios aunando esfuerzos   y trabajando mancomunadamente con los personajes de los entes representativos  del comercio,  del turismo, del profesorado,  de los estudiantes  de los indígenas entre otros, que quieran sacar  adelante la región, para que por el bien de ella frenen la decadencia que cada día se nota más especialmente en la capital Leticia.
Y vamos al grano: acaban de finalizar las fiestas de la confraternidad amazónica que se llevaron a cabo desde el 15  hasta el 20 de julio en Leticia capital amazonense. No me extraña los comentarios negativos que sobre este festival se dejan ver en las redes sociales, pues hace muchos años se viene haciendo lo mismo, festival en donde lo único que cambia son los contratistas que se llevan la mejor parte.
Es inaudito que un festival que ya se jacta de ser internacional, patrimonio cultural Nacional  que con bombos y platillos se adjudicó la consecución del  título un “honorable representante” de la región, siga convertido en un bazar pueblerino en donde muchas veces personajes de la rosca invierten en ínfimos espectáculos con tal que las ganancias personales primen sobre el bien común y es el de presentarle al pueblo y a los visitantes un bello espectáculo.
Está bien que se apoye la cultura, la música, la gastronomía y las danzas indígenas regionales pues para eso se creó  el festival, pero ya es hora que las autoridades gubernamentales y comités encargados de su realización incluyan la palabra INNOVAR y presenten un certamen a la altura de un festival representativo como el de otras ciudades de Colombia tales como el festival del joropo, el del bambuco, el festival vallenato entre otros, con artistas de talla internacional y atractivos que en nada desdigan de su calidad y originalidad. Porque este festival de la confraternidad, no es cualquier festival, es la vitrina de Colombia en la frontera colombo-peruana –brasilera, de ahí su importancia ya que no es solamente el Amazonas el que se muestra, si no nuestra Colombia la que expone su carta de presentación ante los vecinos y los turistas que nos visitan para la época.
Que dejen nuestros gobernantes de pensar como pueblerinos, que miren más allá de sus narices   para que éste  festival etílico que acaba de terminar en la capital amazonense, se convierta  en un futuro no muy lejano con propaganda nacional e internacional, en el nuevo atractivo turístico  para la región, realzando con elegancia, soberanía, autoridad y cultura, las cosas buenas que el Amazonas tiene para mostrarle a sus visitantes.

Leticiano el inconforme 1

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