Abril 25 de 2017
“150 años de lucha y
aún no se ven los resultados”.
Con una salva virtual de 14 cañonazos, quiero saludar hoy a
la ciudad más austral de Colombia llamada Leticia y a todos sus habitantes por
la grandiosa “celebración de sus 150
años de fundación”.
Han sido 150 años de ardua lucha abriéndose futuro a brazo partido a través de
su rio y de su selva ayudada por las manos laboriosas de indígenas, colonos, comerciante y aventureros quienes
desafiando las inclemencias del clima y las enfermedades tropicales con la
malaria a la cabeza, se atrevieron a arraigarse en ese trapecio para sentar un
precedente de que no hay ninguna empresa
imposible cuando se tienen las ganas y la buena actitud de llevarla a cabo.
Y de ahí viene la génesis de Leticia, quién comienza su odisea por ser la ciudad
representativa de Colombia en esa frontera tripartita a orillas del gran
rio-mar del Amazonas y enclavada en ese tapete verde llamado selva amazónica,
lugar en donde todo es difícil de hacer, pero nada es imposible desde que se
tenga la convicción, el sentido de
pertenencia, el coraje y sobre todo, la
voluntad política para hacer algo por la
región.
Dejemos atrás años de lucha y visualicemos la situación un
poco más cerca, 40 años atrás, fecha desde la cual la ciudad a pesar de haber
sufrido cambios significativos, que en vez de haber favorecido ese paraíso
natural, más bien le complicó la vida a sus habitantes con la implantación de
un modernismo que desdice mucho de la calidad de vida innata que nos brindaba
esa hermosa tierra de promisión.
Y si a eso le agregamos la declaratoria de departamento por
parte del gobierno, que arribó con todas sus artimañas, como elecciones
populares para gobernador y alcalde, la lejanía que nos separa del gobierno central, el olvido por parte de algunos entes gubernamentales y sobre
todo como ciudad de castigo para los funcionarios deshonestos crearon un
ambiente propicio o caldo de cultivo para que la bonanza cocalera con su germen
de corrupción se apoderaran de la ciudad, naciendo desde allí esa decadencia que viene sufriendo la región
en la mayoría de sus estamentos, empezando por los entes de control, en donde el dinero juega un papel
importante para crear pantallas que obnubilan
la visión de los llamados a ejecutar acciones de ley a favor de sus
protegidos.
Basta observar la degradación gubernamental que se sigue presentando la cual nos da ese honroso
puesto nada halagüeño, de ser una de las ciudades más corruptas de Colombia.
No voy a ser repetitivo con este tema pues por ustedes, es bastante conocido, y del cual no
han querido tomar los correctivos, porque infortunadamente esa continuidad
corruptiva es la que da los réditos a los que manejan la administración.
Que esta celebración los motive a pensar un poco más en su
tierra que no merece la suerte que está
viviendo y que al hacer los
comparativos a la fecha, con cabeza
fría, analicen si la ciudad ha avanzado o por el contrario se ha estancado en
el tiempo porque a algunos no le interesa subsanar los problemas que se viven
porque ellos son el sustento de los politiqueros de oficio quienes como dije,
ven en esta “indiferencia” las ganancias que acrecientan su peculio.
Que estos 150 años de lo mismo, los lleve a tomar conciencia para que ese
paraíso llamado Amazonas y por ende su capital Leticia, no siga en el retraso
que viene padeciendo por culpa de unos
inescrupulosos, quienes con la anuencia y la permisividad de ustedes
vienen, desde hace muchos años, malversando el dinero de los amazonenses sin
que se avizore progreso alguno, si no la “decadencia” de esa hermosa tierra.
Cada quién es libre de escoger su calidad de vida o su modo de morir y parece
que ya ustedes escogieron.
¡Es hora de reflexionar! De pensar con la partícula “Mega” y no “Micro” porque
Leticia es “LA CAPITAL DEL DEPARTAMENTO DEL AMAZONAS” así en mayúsculas, para
que el mensaje les quede en el subconsciente.