lunes, 24 de abril de 2017

Abril 25 de 2017

“150 años de lucha y aún no se ven los resultados”.
Con una salva virtual de 14 cañonazos, quiero saludar hoy a la ciudad más austral de Colombia llamada Leticia y a todos sus habitantes por la grandiosa “celebración de sus 150 años de fundación”.
Han sido 150 años de ardua lucha  abriéndose futuro a brazo partido a través de su rio y de su selva ayudada por las manos laboriosas de indígenas,  colonos, comerciante y aventureros quienes desafiando las inclemencias del clima y las enfermedades tropicales con la malaria a la cabeza, se atrevieron a arraigarse en ese trapecio para sentar un precedente de que no hay ninguna empresa  imposible cuando se tienen las ganas y la buena actitud de llevarla a cabo.
Y  de ahí  viene la génesis de Leticia,  quién comienza su odisea por ser la ciudad representativa de Colombia en esa frontera tripartita a orillas del gran rio-mar del Amazonas y enclavada en ese tapete verde llamado selva amazónica, lugar en donde todo es difícil de hacer, pero nada es imposible desde que se tenga la convicción,  el sentido de pertenencia, el coraje  y sobre todo, la voluntad política para  hacer algo por la región.
Dejemos atrás años de lucha y visualicemos la situación un poco más cerca, 40 años atrás, fecha desde la cual la ciudad a pesar de haber sufrido cambios significativos, que en vez de haber favorecido ese paraíso natural, más bien le complicó la vida a sus habitantes con la implantación de un modernismo que desdice mucho de la calidad de vida innata que nos brindaba esa hermosa tierra de promisión.
Y si a eso le agregamos la declaratoria de departamento por parte del gobierno, que arribó con todas sus artimañas, como elecciones populares para gobernador y alcalde, la lejanía que nos separa del  gobierno central,  el olvido por  parte de algunos entes gubernamentales y sobre todo como ciudad de castigo para los funcionarios deshonestos crearon un ambiente propicio o caldo de cultivo para que la bonanza cocalera con su germen de corrupción se apoderaran de la ciudad, naciendo desde allí  esa decadencia que viene sufriendo la región en la mayoría de sus estamentos,  empezando por los entes  de control, en donde el dinero juega un papel importante para crear pantallas que obnubilan  la visión de los llamados a ejecutar acciones de ley a favor de sus protegidos.
Basta observar la degradación gubernamental que se  sigue presentando la cual nos da ese honroso puesto nada halagüeño, de ser una de las ciudades más corruptas de  Colombia.
No voy a ser repetitivo con este tema pues por  ustedes, es bastante conocido, y del cual no han querido tomar los correctivos, porque infortunadamente esa continuidad corruptiva es la que da los réditos a los que manejan la administración.
Que esta celebración los motive a pensar un poco más en su tierra que no merece la suerte que está  viviendo y que  al hacer los comparativos a la fecha,  con cabeza fría, analicen si la ciudad ha avanzado o por el contrario se ha estancado en el tiempo porque a algunos no le interesa subsanar los problemas que se viven porque ellos son el sustento de los politiqueros de oficio quienes como dije, ven en esta “indiferencia” las ganancias que acrecientan su peculio.
Que estos 150 años de lo mismo,  los lleve a tomar conciencia para que ese paraíso llamado Amazonas y por ende su capital Leticia, no siga en el retraso que viene padeciendo  por culpa de unos inescrupulosos,  quienes  con la anuencia y la permisividad de ustedes vienen, desde hace muchos años, malversando el dinero de los amazonenses sin que se avizore progreso alguno, si no la “decadencia” de esa hermosa tierra.
Cada quién es libre de escoger  su calidad de vida o su modo de morir y parece que ya ustedes escogieron.

¡Es hora de reflexionar! De pensar  con la partícula “Mega” y no “Micro” porque Leticia es “LA CAPITAL DEL DEPARTAMENTO DEL AMAZONAS” así en mayúsculas, para que el mensaje les quede en el subconsciente.

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