Enero 14 de 2020.
“Así operan las mafias farmacéuticas”
En una de las tantas
tertulias y conversaciones que a menudo suelo hacer con mis amigos y
compañeros contemporáneos en edad, dignidad y gobierno, tocamos uno de los
temas más comunes en la adultez como es el de los medicamentos que tomamos a
diario para “paliar” los achaques alusivos a la edad.
Me contaba un contertulio sobre
la preocupación que tenía con los efectos secundarios que estaba experimentando
su cuerpo con el medicamento “Carvedilol 12.5 mg” producto farmacéutico
utilizado para tratar la insuficiencia cardíaca, la hipertensión y para
personas que han sufrido un ataque cardíaco, entre cuyos efectos secundarios tenemos: cansancio, mareos, dolor de cabeza,
diarreas cambios en la visión, dolor articular, resequedad de los ojos, aumento
de peso y disfunción eréctil, cuyos
resultados positivos obtuvo él al consultar con otros amigos médicos quienes le
aseguraron que esas molestias se debían precisamente a la ingesta de ese
producto.
Preguntó sobre otra medicación,
que con resultados menos molestos con respecto a la calidad de vida, pudiera
reemplazar al anterior, sugiriéndole un nuevo producto llamado “NABILA
Nebivolol 2.5 mg” utilizado con el mismo
propósito y con menos efectos
secundarios sobre todo con la disfunción eréctil que era lo que le inquietaba.
En una de sus citas médicas, habló con
su cardiólogo al cual le expuso su problemática con el Carvedilol accediendo el
galeno al cambio del medicamento.
A mí me quedo sonando lo del
nuevo producto, porque yo también estoy tomando Carvedilol y aunque los efectos
secundarios en mí no son muchos, ni tan notorios, yo los atribuía a otro medicamento. Coincidencialmente al otro día
yo tenía cita con mi cardiólogo, comentándole a mi interlocutor que le iba a montar una película al doctor para
que me cambiara el producto.
Muy temprano, al día siguiente,
estuve en una afamada EPS cumpliendo con mi cita programada para las 6 a.m en
donde me atendió un médico cardiólogo de edad quien reflejaba en su rostro
sabiduría y respeto. Después de mostrarle exámenes y tras una conversación amena
sobre mi mantenimiento cardiaco, entre otras cosas, me manifestó que había
estudiado varias materias en la UdeA, identificándome más con él en el diálogo.
Cuando me preguntó que medicamentos tomaba, después de darle los datos deje por
último el Carvedilol y de inmediato entre en acción: Doctor, a propósito del
Carvedilol (y basado en los efectos que mi amigo estaba experimentando) le
comenté sobre los supuestos efectos secundarios que me estaban sucediendo por causa de ese producto,
explicación ante la cual me preguntó que por qué tenía certeza en lo que estaba
aseverando y como yo ya iba preparado le respondí que porque había consultado con varios amigos
médicos compañeros de estudio de la UdeA y que todos estaban de acuerdo que
eran los efectos secundarios de ese medicamento y que inclusive me habían
recomendado un nuevo producto llamado “NABILA” del cual me aseveró y llamándolo
por su nombre “Nebivolol” que era una medicación muy buena que inclusive afectaba
poco la disfunción eréctil una de las
mayores quejas sobre los efectos secundarios del producto Carvedilol.
De inmediato le hice el disparo
que porque no me cambiaba el producto que estaba tomando por el nuevo a lo cual me respondió, con la
confianza del caso, que no lo podía hacer porque yo era un usuario beneficiario de una Eps razón por la
cual era difícil el cambio, que si mi Eps fuera prepago que de inmediato hacia
el cambio. Ante esta aclaración de que había medicinas para pobres y para
ricos, le comenté de nuevo que cómo hacía para obtener ese cambio y metiéndole un poco de picaresca a
la conversación, le agregue que una de las diversiones sanas que aún nos quedaba
en la vejez y cuando se podía, era el sexo y si ahora vienen a complicárnoslo con esta droga, nos llevó el
que nos trajo. Ante esta explicación inventada, el médico sonrío y me dijo: te
voy a colaborar, en la próxima cita me traes por escrito los efectos
secundarios que estas experimentando para tener el sustento y poder hacerte
el cambio. Agradeciéndole su
colaboración quedamos de vernos en la próxima cita.
Con esta cita aprendí otra nueva
lección acerca de estas mafias farmacéuticas: si tienes labia y buena
argumentación para una reclamación o tienes con que pagar una buena droga, te recetan
lo mejor. Si no, a seguir de conejillos
de indias, porque eso somos los adultos
mayores y los africanos en este
desvergonzado tráfico y experimentación de medicamentos en donde en vez de
sanar nuestra salud, están cada día acabando con ella pues su prioridad es la facturación de por vida, a su rentable negocio.