martes, 21 de enero de 2020


Enero 14 de 2020.

“Así operan las mafias farmacéuticas”

En una de las tantas tertulias  y conversaciones  que a menudo suelo hacer con mis amigos y compañeros contemporáneos en edad, dignidad y gobierno, tocamos uno de los temas más comunes  en la adultez  como es el de los medicamentos que tomamos a diario para “paliar” los achaques alusivos a la edad.
Me contaba un contertulio sobre la preocupación que tenía con los efectos secundarios que estaba experimentando su cuerpo con el medicamento “Carvedilol 12.5 mg” producto farmacéutico utilizado para tratar la insuficiencia cardíaca, la hipertensión y para personas que han sufrido un ataque cardíaco, entre cuyos efectos secundarios  tenemos: cansancio, mareos, dolor de cabeza, diarreas cambios en la visión, dolor articular, resequedad de los ojos, aumento de peso y disfunción eréctil,  cuyos resultados positivos obtuvo él al consultar con otros amigos médicos quienes le aseguraron que esas molestias se debían precisamente a la ingesta de ese producto.
Preguntó sobre otra medicación, que con resultados menos molestos con respecto a la calidad de vida, pudiera reemplazar al anterior, sugiriéndole un nuevo producto llamado “NABILA Nebivolol  2.5 mg” utilizado con el mismo propósito  y con menos efectos secundarios sobre todo con la disfunción eréctil que era lo que le inquietaba. En una de sus citas médicas,  habló con su cardiólogo al cual le expuso su problemática con el Carvedilol accediendo el galeno al cambio del medicamento.
A mí me quedo sonando lo del nuevo producto, porque yo también estoy tomando Carvedilol y aunque los efectos secundarios en mí no son muchos, ni tan notorios, yo los atribuía a otro  medicamento. Coincidencialmente al otro día yo tenía cita con mi cardiólogo, comentándole a mi interlocutor que  le iba a montar una película al doctor para que me cambiara el producto.
Muy temprano, al día siguiente, estuve en una afamada EPS cumpliendo con mi cita programada para las 6 a.m en donde me atendió un médico cardiólogo de edad quien reflejaba en su rostro sabiduría y respeto. Después de mostrarle exámenes y tras una conversación amena sobre mi mantenimiento cardiaco, entre otras cosas, me manifestó que había estudiado varias materias en la UdeA, identificándome más con él en el diálogo. Cuando me preguntó que medicamentos tomaba, después de darle los datos deje por último el Carvedilol y de inmediato entre en acción: Doctor, a propósito del Carvedilol (y basado en los efectos que mi amigo estaba experimentando) le comenté sobre los supuestos efectos secundarios que me  estaban sucediendo por causa de ese producto, explicación ante la cual me preguntó que por qué tenía certeza en lo que estaba aseverando y como yo ya iba preparado le respondí  que porque había consultado con varios amigos médicos compañeros de estudio de la UdeA y que todos estaban de acuerdo que eran los efectos secundarios de ese medicamento y que inclusive me habían recomendado un nuevo producto llamado “NABILA” del cual me aseveró y llamándolo por su nombre “Nebivolol” que era una medicación muy buena que inclusive afectaba poco  la disfunción eréctil una de las mayores quejas sobre los efectos secundarios del producto Carvedilol.
De inmediato le hice el disparo que porque no me cambiaba el producto que estaba tomando  por el nuevo a lo cual me respondió, con la confianza del caso, que no lo podía hacer porque yo era un  usuario beneficiario de una Eps razón por la cual era difícil el cambio, que si mi Eps fuera prepago que de inmediato hacia el cambio. Ante esta aclaración de que había medicinas para pobres y para ricos, le comenté de nuevo que cómo hacía para obtener  ese cambio y metiéndole un poco de picaresca a la conversación, le agregue que una de las diversiones sanas que aún nos quedaba en la vejez  y cuando se podía,  era el sexo y si  ahora vienen a  complicárnoslo con esta droga, nos llevó el que nos trajo. Ante esta explicación inventada, el médico sonrío y me dijo: te voy a colaborar, en la próxima cita me traes por escrito los efectos secundarios que estas experimentando para tener el sustento y poder hacerte el  cambio. Agradeciéndole su colaboración quedamos de vernos en la próxima cita.
Con esta cita aprendí otra nueva lección acerca de estas mafias farmacéuticas: si tienes labia y buena argumentación para una reclamación o tienes con que pagar una buena droga, te recetan lo mejor. Si no,  a seguir de conejillos de indias, porque eso somos  los adultos mayores y los africanos  en este desvergonzado tráfico y experimentación de medicamentos en donde en vez de sanar nuestra salud, están cada día acabando con ella pues su prioridad es la  facturación de por vida,  a su rentable negocio.

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