Bogotá, febrero 25 de
2020
Carta denuncia
Aprovechando la baratía del tiquete
$ 95.000 por trayecto, el día 18 de febrero viajé a la ciudad de
Medellín por la empresa aérea Viva Air con tiquete de ida únicamente, No de
vuelo VH 8193 y salida a las 9pm.
Conociendo las condiciones del contrato de vuelo, entre ellas, las
medidas del equipaje a que tenía derecho, viajé con un morral con un peso de
menos de 10 kilos, con el que he viajado en varias ocasiones por diferentes
empresas sin ninguna novedad pues se
acomoda al peso y a las medidas exigidas con la salvedad que este morral es moderno con
unas pequeñas ruedas y un leve armazón
metálico, pero vuelvo y repito, con las medidas y peso vigentes exigidos.
Viajando esa noche por dicha empresa,
pasé todos los controles con el morral al hombro sin ninguna exigencia, ni
contratiempo.
Para mi regreso a la capital,
conseguí cupo por la misma empresa para el día sábado 22 de febrero en el vuelo VH 8184 con un valor
de $106.000 con salida a las 9 am del aeropuerto Jasé María Córdoba, vuelo para
el cual llegué al aeropuerto a las 6.30 am con el mismo morral, pasando todos
los controles de ingreso a la sala de
espera.
Consultando el tablero de salidas
en el interior de la sala, vi que mi vuelo salía cumplidamente por la puerta de embarque 1C sala a la cual me
dirigí en espera del llamado a abordar.
Estaba entretenido leyendo cuando se arrima una
empleada de la empresa Viva Air
preguntando que si ese morral que estaba a mi lado era mío pregunta a la que
contesté que sí. Enseguida me invito a que la acompañara al módulo de despacho
invitándome a que colocara el maletín en un rectángulo metálico, diciéndome que
esas eran las medidas del bolso a que tenía derecho para viajar. Con la
tranquilidad del caso, puse el maletín dentro del armazón entrando
perfectamente quedando solo por fuera la manija para su transporte.
De inmediato me dijo que con ese
maletín no podía subir a bordo a no ser que pagara la suma de 125 mil pesos.
Ante esa solicitud, y escuchando
lo caro del costo que superaba el valor de mi tiquete, le pregunté el porqué de
ello. Me contestó que ese no era el maletín exigido por la empresa, que este debía
ser un bolso con esas medidas. Explicándole que nunca había tenido problema con
ese maletín pues se ajustaba a las medidas exigidas ya que cabía sin ningún obstáculo
en el compartimiento de equipajes dentro del avión, preguntándole además por
qué solo a mí se me hacia esa exigencia
viendo que había más pasajeros con
maletines más grandes que el mío y a
nadie más habían requerido, morral con el que había viajado desde Bogotá y que allá no me habían puesto ningún problema,
que si era que las normas de la empresa eran diferentes en otras ciudades? Ante las preguntas no contestadas por la
empresa, la única solución que me aportaban era que si quería viajar debía
pagar el dinero exigido. Ante la negligencia en sus respuestas monté en
cólera y con palabras de alto calibre pero llenas de verdad les
pregunte que de cuando acá el silencio ante la justa reclamación era tenida
como respeto al usuario y mi alteración
salida de tono exigiendo explicación era una grosería?
Solicitando qué otras
alternativas tenia para solucionar el problema, fueron muy explicitas en
aclararme :
1) Dejar el maletín y viajar (opción
descartada pues no tenía con quien dejarlo)
2) No viajar perdiendo el tiquete.
A esto le sumaron la prohibición de abordar el vuelo debido a las cuantas verdades que con un escándalo de la
madona les hice ante la arbitrariedad que estaban cometiendo. Con la putería de
colombiano ultrajado, en la sala de espera
sin tener otra salida, y con la necesidad de viajar, al no tener otra alternativa, pagué los 125
mil pesos no sin antes decirles que la empresa estaba como las grandes
superficies que están luchando contra la contaminación ambiental prohibiendo
las bolsas plásticas pero que si uno se las paga ya no hay ninguna contravención,
que en su caso, y mi maletín, al pagar lo requerido si puedo subirlo a bordo tomando mágicamente
las medidas por ellos exigidas.
Después de pagar, que es lo que
les interesa, me dirigí a la puerta de embarque cuando fui alcanzado de nuevo
por una de las empleadas quien me dijo que ese no era mi vuelo,
infortunadamente ya había pagado, porque de lo contrario si hubiera sabido de
que por ahí no era mi embarque, no había accedido a su requerimiento y
esperaría a ver qué hubiera sucedido con mi nuevo embarque por la puerta 4D con
otras empleadas diferentes.
Las empleadas de esta empresa
parecen perros policías al rebusque recorriendo las salas de espera situadas
frente a sus puertas de embarque buscando a los presuntos violadores de sus
normas quienes son escogidos al parecer
por su cara de adinerados o por su cara de guevones quienes ante las circunstancias, no tenemos más
remedio que pagar porque si o porque también, acrecentando a la verraca las arcas de estas empresas que se jactan de ser las favorecedoras de los
usuarios del transporte aéreo.
Posterior a este impasse un
pasajero se me acercó a decirme que ellas tenían otra opción y que era de
llevar el morral en la bodega del avión por un menor costo, cosa que nunca me
dijeron a pesar de haber solicitado las opciones a mi favor.
Estas son las empresas
favorecedoras del pueblo colombiano y este es el costo que tenemos que pagar
por su favorecimiento en la baratía de sus famosos tiquetes a menos precios. Bien se dice coloquialmente que “De eso tan bueno, no
dan tanto”.
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