Marzo 25 de 2013
Crónicas leticianas 34
De que están llegando, es una realidad
Corría el año 2011. En una tórrida mañana de unos de esos días
en que el sol abrasador deposita los rayos sobre la ciudad escoceando la piel
de sus habitantes, el verdor de los uniformes, banderas y pancartas alusivas a
la rendición de cuentas que el órgano de control llamado Policía Nacional del
Amazonas expondría a la ciudadanía, se
veía por doquier en las instalaciones de
la biblioteca del Banco de la
República , en la ciudad de Leticia.
Por ese color esmeraldino esparcido por toda esa área parecía
que parte de la selva se hubiera
adentrado en la ciudad.
Las medidas de seguridad para ese acto se apreciaban por los
alrededores del recinto bibliotecario.
Yo desde temprano,
abrí mi establecimiento comercial que quedaba al frente de la biblioteca, con
miras a aprovechar la situación.
Agentes de seguridad camuflados de civil se sentaron en las
afueras del negocio, para prestar
vigilancia a los superiores que entraban al recinto a exponer sus argumentos en
la rendición de sus cuentas.
Todo era normal, la venta de agua y bebidas refrescantes se
acrecentó, pues el calor aumentaba a medida que el día transcurría. Ese día la
mayor afluencia a mi negocio estaba conformada
por integrantes de esa entidad armada.
En el transcurso de la mañana, entre los numerosos clientes
que me visitaron, llegó un joven de unos 23 años, bien parecido con motilado
estilo militar ropa y zapatos de marca cuya pinta delatadora, para los
conocedores que hemos tenido la oportunidad de vivir en tierras de conflicto,
me daba a entender que pertenecía o perteneció a esas entidades non sanctas de
las que pululan por esta tierra colombiana.
De entrada con
educación y respeto se expresó:
-Señor, muy buenos días, que bonito su negocio, cuénteme ¿usted
vende cerveza aquí? - Claro que si, le
respondí-
-¿Me puede vender una?
-Con mucho gusto- y procedí a destaparle el pedido,
El se quedo parado en la barra observando hacia fuera y me
preguntó: ¿Qué ocurre al frente que hay tanto policía?.
-Pues por las pancartas que están colgadas en las afueras,
hoy es el día en que la institución policiva va a rendir cuentas a la
ciudadanía- le contesté-
-Y parece que en este pueblo hay mucho policía- me preguntó
de nuevo-
Eso si, le dije, aquí
hay mas policías que gente - respuesta ante la cual se sonrió.
Continuando con sus preguntas a guisa de conseguir información,
continuó con su interrogatorio: ¿ pero el señor no es de
aquí?-
Afirmativo, yo soy paisa- le respondí.
- Es que yo soy del putumayo- me dijo -.
-Que bien, bienvenido a esta tierra ¡ah! Y a propósito,
perdone que le pregunte tan de frente
pero ¿porqué esta llegando a la ciudad tanta gente de esos lados del
Putumayo, del Caquetá y de los Llanos?
-Vea patrón, (cuando me respondió en esta forma, pude
comprobar mi sospecha de que algún nexo tenía o tuvo con alguna entidad irregular del país) lo que pasa en que la
situación por esos lados esta muy difícil debido a la presión de las
autoridades, razón por la cual “los “patrones” nos dijeron que nos viniéramos
para acá, que esto con el tiempo se iba a poner muy bueno y por eso estamos
llegando. (Todavía me pregunto el porqué de su infidencia siendo ella para mí,
confidencial y máxime sin saber quien era yo…o sí).
Al momento me llamaron
para atender una mesa, razón por
la cual me dijo- tras haber terminado su cerveza- que cuanto me debía. Me pagó
diciéndome que regresaría de nuevo. Poniendo
mi negocio a sus órdenes nos despedimos.
Este mini-dialogo me dio mucho para pensar sobre la
situación que se estaba presentando en la región con la llegada de tanta gente
extraña, situación que todo el mundo
conoce inclusive las mismas autoridades,
y que se está volviendo común en la ciudad
y para la cual no se vislumbraban correctivos para sortearla, por lo
menos hasta que yo me vine.
A los pocos días ese
joven volvió a pasar por el frente de mi negocio, acompañado por tres personas más
con las mismas características, pero en esta ocasión no entró si no que pasó
derecho, sin embargo, como yo me encontraba adentro, no me vio pero yo a él, sí.
Preocupante es la
respuesta de muchos de los pobladores de la ciudad al preguntarles su opinión
sobre la cantidad de gente que está llegando al pueblo sin ningún control, la respuesta de muchos es que a ellos lo que más les interesa es que llegue gente para que así
haya mas movimiento y entradas en sus negocios.
Para mí, es una
respuesta muy respetable pero vuelvo y repito, no deja de ser preocupante.
De que están llegando, no es para nadie desconocido ¿que irá
a pasar? ..el tiempo lo dirá.
¿O de esa fecha para acá ya está pasando y el tiempo lo está
diciendo?
Carlos Javier Londoño O.
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