viernes, 13 de noviembre de 2015

Noviembre 11 de 2015

“1985 año trágico para Colombia”

Treinta años después, sigo creyendo  que 1985  fue un año funesto lleno de aciagos para el pueblo colombiano.
Fueron 365 días en donde la naturaleza, los malos manejos gubernamentales, la intransigencia de ciertos personajes, la violencia que siempre nos ha acompañado y las ansias de poder,   entre otros factores, influyeron para que en este país perdieran la vida millares de compatriotas algunos de los cuales  se hallan en el “limbo” pues aún se desconoce su paradero.
Fue un año en donde bajo la regencia de un  apático y mojigato presidente llamado Belisario Betancur, se presentaron esas tragedias de las cuales él no será el directo autor intelectual,  pero si tal vez  pecó en ellas  por alguna negligencia,  y lo más increíble, aunque no sorprendente, en este país del Sagrado Corazón, es  que por ninguno de esos trágicos acontecimientos haya  sido llamado a rendir cuentas o dar explicaciones.
Hoy ante esta  intransigente justicia  que nos cobija  en donde están “apareciendo desaparecidos”,  “desapareciendo a quien los comprometa”, condenando y persiguiendo a los buenos y premiando y ensalzando a los malos”, creando carteles de falsos testigos contra quien se atreva a desafiarlos y, trabajando con la corrupción a favor de prebendas personales.
Justicia en donde ser pillo paga, justicia en donde se invirtieron los valores, en un país en donde los muertos votan, los ladrones de cuello blanco, con las leyes auto favorecedoras de sus colegas del Congreso disfrutan casa por cárcel, mientras que el colombiano del común por defender sus derechos o apropiarse de algo para no dejar morir a su familia de hambre, se encuentra hacinado una cárcel  sin que nadie le tienda una mano benefactora.
Ya va siendo hora de que nos aclaren, al pueblo colombiano, ciertas “mentiras” hechas verdades a través del tiempo  con las cuales han engañado a muchos  dolientes a fecha de hoy  para conveniencia de ciertos actores.
Para refrescar un poco la memoria veamos de qué se tratan las referidas tragedias.
Fue para la fecha 24 de julio  de 1985 cuando en la selva amazónica cerca de Leticia  y  siendo las 5.09 de la tarde  se precipitó a tierra un avión de la Fuerza Aérea Colombiana  con matrícula FAC-902 en el cual murieron un sinnúmero de colombianos y digo sin número porque en aquel  momento, yo  como jefe de Socorristas de la Cruz Roja del Amazonas  fui participe del rescate y posteriores investigaciones para demostrar la culpabilidad del gobierno y la Fuerza Aérea   en un accidente en   donde por negligencia del piloto y falla en el servicio me mataron una hermana fuera de los demás ocupantes de esa “guanábana” que como avión,  nos enviaron a cumplir esa ruta para suplir el paro favorecedor  a las empresas del monopolio de la época como lo eran Avianca y sus filiales Sam y Helicol.
Dije que nunca se supo   número real de muertos, así la prensa haya dado un número determinado, que sobrepasan los 85,  porque a pesar de existir una lista previa echa por Avianca, la corrupción se presentó como siempre en estos episodios permitiendo subir gente  a bordo pagando un soborno a ciertos empleados con  tal que los despacharan en ese vuelo, razón por la cual posteriormente al accidente muchos  dolientes aparecieron   reclamando familiares que no aparecían en la lista.
Este accidente no aparece entre los anales del año 1985, pero que ocurrió y que nos costó más de trece años de pelea con el gobierno y la fuerza Aérea para que reconocieran su responsabilidad y culpabilidad e indemnizaran a los dolientes fue una realidad. 
Viene otra fecha trágica para el pueblo colombiano: Noviembre 6 de 1985 cuando un comando del grupo guerrillero 19 de abril (M-19) se tomó a sangre y fuego las instalaciones del Palacio de Justicia situado a un costado de la plaza de Bolívar en la ciudad de Bogotá.
Fueron dos días en donde el ejército de Colombia, Policía nacional y miembros de varias entidades de seguridad del estado lucharon de tú a tú contra los guerrilleros tratando de salvar más de 300 rehenes que se encontraban dentro del edificio entre los que se encontraban  magistrados, consejeros de estado, empleados judiciales, visitantes y empleados de la cafetería entre otros.
Fue una cruenta incursión cuyo objetivo era doblegar la justicia y hacer desaparecer los expedientes que con fines de extradición  comprometía a los capos del narcotráfico en Colombia entre ellos a Pablo Escobar quien aparece como el auspiciador de esta toma.
Para esa época el reporte de muertos fueron: 35 guerrilleros, 14 militares y 46 civiles entre los que se contaban  magistrados de la talla de  Alfonso Reyes, Carlos Medellín, Manuel Gaona Cruz, Ricardo Medina entre muchos más.
Hoy ante estas nuevas versiones acomodaticias de este acontecimiento de acuerdo a los actores interesados entre ellos  la Fiscalía, vemos que los desaparecidos aparecen, que  los que defendieron hasta con  la vida la democracia colombiana ahora son los “malos del paseo” entre ellos el coronel Vega Plazas quien está condenado por defender la causa y los verdaderos causantes de semejante atrocidad se encuentran disfrutando de las mieles de esta justicia, ocupando puestos públicos y como Pedro por su casa, libres  de toda culpa , sin ser llamados a responder. ¿Qué nos pasa Colombia? Este jueguito de la tergiversación, manipulación de información, justicia acomodada al mejor postor parece que viene desde hace muchos años y el pueblo, como los estúpidos que muchos creen que somos, creyéndoles a pie juntillas. Y todavía tienen el cinismo estos hijos de la gran puta hablar de paz y de querer lo mejor para Colombia con un montaje fabricado con la sangre de colombianos inocentes.
Para rematar esta oleada de muertes de aquel  fatídico año, se avecina la más trágica de las fechas: Noviembre 13 de 1985 fecha  durante la cual hizo explosión el Volcán Nevado del Ruiz  tomando por sorpresa a los habitantes  cercanos a Armero población más cercana al  volcán y a los habitantes ribereños de los ríos por donde bajo la avalancha de agua y lodo.
Cuando el volcán empezó  sus inicios de actividad sísmica  en septiembre de 1985,los estamentos del gobierno encargados de la situación fueron advertidos por varios organismos vulcanológicos sobre el peligro que esto representaba para la población vulnerable, pero como aquí se toman los correctivos después de haber ocurrida la tragedia, no se  tomaron las  medidas  y precauciones necesarias para evacuar las poblaciones,  ocurriendo la muerte de más de 25 mil colombianos
Hoy que el fiscal de marras está tratando de  congraciarse con el pueblo colombiano a lo mejor para que olvide  su desastrosa administración de justicia, llamando a los que no son para que se auto incriminen y respondan por actos que no han cometido y haciéndose el de la vista gorda con los que sí debería de llamar, ojalá que incluya en la lista a Belisario  Betancur y a los intocables de aquella época, manejadores de esos institutos, para que expliquen el porqué de esas omisiones que conllevó a la muerte de tanto compatriota.
Estos son los muertos reconocidos por esas tragedias,  cuenta a la que hay que sumarle las víctimas que a diario ha dejado a su paso la violencia en todas sus versiones que nos ha acompañado por más de 50 años.
Dios salve a Colombia de este exabrupto que tenemos como justicia porque al paso que  vamos, lo mejor sería de que amurallaran las fronteras  para  que quedáramos encerrados y por supuesto todos detenidos para no  joder más.

Carlos Javier Londoño O.

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