sábado, 18 de abril de 2020


Abril 16 de 2020

Crónicas paisas 15
" Bares famosos de la Medellin antigua"

En los años 60, cuando trabajaba para costearme los estudios de bachillerato en el Liceo Antioqueño en la Bomba Esso  No 5 llamada  “La Revelú” situada en Carabobo con Restrepo Uribe esquina, había allí también cerca de ella,  dos bares famosos, tal vez no conocidos por los estudiantes de la época pero si por los taxistas, tan es así, que se decía que taxista que no conociera esos dos bares, no conocía Medellín.
Ambos quedaban diagonal  a la bomba, uno en la esquina y  el otro en la mitad de la cuadra.
El de la esquina se llamaba “La Ceiba” cuya especialidad era la chuleta de cerdo frita con arepa famosa en la ciudad,  en donde la música que solía escucharse eran las rancheras y los tangos.
Hoy a mi edad, me quedo aterrado que aunque esa no era la música de mi preferencia, es mucho el tango y ranchera que sé cantar, pues toda la tarde y parte de la noche escuchando esos temas desde el trabajo, inconscientemente quedaron grabados en mi memoria hasta el día de hoy. De ahí  el conocimiento que tengo sobre cantantes de tango entre los que recuerdo a Carlos Gardel, Roberto Goyeneche, Agustín Magaldi, Hugo del Carril, Juan Carlos Godoy, Armando Moreno, Oscar Larroca, Argentino Ledesma, Alberto Podestá, Andrés Falgas, Miguel Caló y Julio Martel.
Y en cuanto a cantantes de rancheras recuerdo a Miguel Aceves Mejía, Tony Aguilar, José Alfredo Jiménez, Javier Solís, Jorge Negrete, Chavela Vargas, Alicia Juárez, María Dolores Pradera, Amalia Mendoza, Lucha Reyes, y Lucha Villa.
La clientela generalizada eran los conductores de taxi, quienes eran a su vez clientes de la bomba en lavada y tanqueo de sus vehículos. No había viernes o sábado que no se presentara una trifulca en cuya mayoría de veces había un compañero de la bomba involucrado en ella y en donde por compañerismo, nos tocaba actuar.
El otro bar famoso era  Llamado “El Andino” cuyo propietario era un adulto mayor de nombre Bernardo Arango, moreno dicharachero  más conocido por “El Apóstol o “El suave”, lugar  en donde la música cubana, portorriqueña, los boleros, el bogaloo , la salsa y los éxitos en baladas de esos años que allí sonaban, lo hacían un bar agradable frecuentado a toda hora por una variada clientela. Y si a eso le sumamos las hermosas “meseras”,  que allí laboraban, muchas de las cuales fueron nuestras  primeras maestras en el inicio sexual de la mayoría de los que trabajábamos en la bomba, pues conocían de nuestro trabajo que hasta nos fiaban el polvo,  todo eso sumado, hacía del sitio un lugar para el relax y la bohemia.
La particularidad del propietario era que cuando un cliente llegaba al bar con ánimos de beber y escuchar música, cuando  lo saludaban, lo primero que hacía era servir dos aguardientes, se ponía la mano izquierda en el pecho y con los dedos centrales doblados  sobre el esternón brindaba diciendo: suave papá,  estribillo que se volvió famoso en el bar cuando de brindar se trataba.
Y en cuanto a música, se escuchaban, en una rockola con capacidad para 100 discos, los últimos hits de cantantes y orquestas como: Ricardo Richie Ray, Bobby Cruz, Carlos argentino Torres, Alci Acosta, La Sonora Matancera, Celia Cruz, el Gran Combo, Roberto Ledesma. Rolando La Serie, Bienvenido Granda, Cheo Feliciano, Celio González, Rodolfo, Felipe Pirela, Los Graduados, La Billos, Los Melódicos,  Daniel Santos,  Orlando Contreras, Charles Figueroa, Carlos Arturo, Leo Dan, Rafael, Camilo Sesto, Roberto Carlos, Elio Roca Los Golden Boys entre otros. Díganme…Quien no bebía con semejante música? 
Estando en el Amazonas  supe de la muerte del  Suave. Pero me alegró saber que los hijos habían rescatado toda esa música y que habían inaugurado una discoteca en la avenida Colombia, en donde se escucha la misma música.
En una ida a Medellín me propuse encontrar la discoteca y la encontré, ahí estaban un hijo con la señora como administradores, me les presente, les comenté el motivo de mi búsqueda, de mi amistad con su padre y ahí fue, se armó la beba al son de mi música sesentera. Estos son los grandes recuerdos de mi antigua Medellín.  

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