miércoles, 4 de marzo de 2015

Marzo 04 de 2015
“Usted no sabe quién soy yo”

Dolor de patria produce  ver las denigrantes escenas que se vienen presentando por los diferentes medios televisivos sobre la aberrante situación que vienen atravesando nuestras autoridades, fuerzas del orden, los oferentes de sus vidas para salvaguardar las nuestras en este país, por los desafueros cometidos por ciertos “personajes” que quieren pasar a la posteridad haciéndose los importantes ante una cámara, unos aprovechando sus prostitutos apellidos, otros aprovechando su investidura, para pisotear o  avasallar a nuestros servidores públicos o pasarse por la faja nuestra misma justicia.
¿Quién no recuerda la dolorosa escena del soldado llorando que le dio la vuelta al mundo cuando fue retirado a la fuerza de su guarnición por unos indígenas del Cauca?
Quién no recuerda al político de marras de apellido Merlano quien haciendo alusión a  la frase viral” Usted no sabe quién soy yo” con la que muchos ahora quieren violar la ley como justificación a una falta cometida, falta punible para el fulano ya sea de apellido Merlano, Gaviria, Lleras, Ospina, Santos, López o cualquiera de esos  apellidos de “alta alcurnia” que desde épocas atrás vienen defecándose en este país del Espíritu Santo.
Y por qué no mencionar también a Laureano Acuña empleado público quien  protagonizó otro deplorable incidente con otras autoridades en una carretera de Riohacha?
O recordar la  doble infracción cometida por el ex embajador Moreno de Caro en Bogotá, entre otras, para que ahora le sumemos la vergüenza nacional protagonizada por este “desadaptado social” Nicolás Gaviria quién aprovechando su supuesto apellido y su calidad social, públicamente ofende, amenaza, denigra y mancilla el buen nombre  de una institución y de una joven autoridad quienes a lo mejor con esta nueva situación de justicia, de alcahuetería judicial, ya están adiestrados para dejarse maltratar en pro  del llamado “Proceso de paz” mientras  “algunos” de sus superiores haciendo gala del tráfico de influencias favorecen estas acciones a favor del infractor.
Con todo esto que está pasando me atrevo a pensar que ser ilegal, político de marras, infractor, insurgente, ladrón de cuello blanco, entre las tantas violaciones a la justicia penal que se están presentando en el país  en donde  no pasa nada, esto tiene sus garantías. 
Y si no miren esta otra perla: La nueva modalidad de evadir la justicia y responsabilidades. Atropelle o  dele muerte a alguien en un accidente de tránsito en estado de embriaguez, evada la acción y preséntese a los pocos días, fresco y con abogado, lo más seguro es que si tiene dinero y su carro era de alta gama se va para la casa a juzgar su pena, si no lo tiene, y su carro es una perola popular, y afortunadamente aquí no existe, se iría a pagar cadena perpetua.
A raíz de estos episodios con apellidos incluidos, recordé  las palabras de mi profesor de historia cuando refiriéndose a esos apellidos “prestantes” decía: No sacudáis los árboles genealógicos de esas familias  de cuna  porque no verán sino caer “tataraputas”.
Y como tema de reflexión  les dejo las palabras de José de San Martín: La soberbia es la discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder.

Carlos Javier Londoño O.

No hay comentarios:

Publicar un comentario