sábado, 14 de mayo de 2016

Mayo 13 de 2016

“Palabras más, palabras menos, sobre la situación nacional que nos ocupa”

Definitivamente esta megalómana "cosa"  del que se dice ser  nuestro presidente, está empecinado en pasar a la historia por las buenas o por las malas al menospreciar al pueblo colombiano que lo eligió, con ese actuar contrario a lo que dicta la Ley y la Constitución en favorecimiento de la República, instituciones que  se está pasando por la galleta, como se dice literalmente, para sostener una caña y alimentar su ego  a sabiendas que no lo queremos ni de vecino, y que  por tan nefastas decisiones, tarde que temprano,  tendrá que pagar.
Para ser más escuetos y llamemos a la situación por su nombre, sin los eufemismos mentirosos que se han creado con el idioma para endulzarnos la píldora y para que la gente que no quiere entender, entienda, ”vamos de culo p´al el estanco” y lo más verraco es que no tenemos ese “mono de la pila” a quien quejarnos, pues ante esta dictatorial situación, aquellos que pudieran salvarnos están tan pegados a la mermelada que no pueden ni mover un brazo y  que como marionetas son movidos por las manos perversas del “malversador” quien bajo los dictámenes del “Foro de Sao Paulo” que lo tienen marchando, ha traicionado la patria sus conciudadanos y por ende su familia.
Otro gallo cantaría, si los fusiles estuvieran a favor del pueblo para hacer respetar nuestra institucionalidad y los encargados de aplicar justicia  actuaran con imparcialidad, moralidad y ecuanimidad. ¿Pero qué podemos esperar de este gobierno manejado por deshonestos, corruptos, maricones, lesbianas, sodomitas, pederastas y curas prostáticos mandados a recoger  entre otras plagas, quienes violando las reglas,  están manejando la constitucionalidad  y el  destino de 48 millones de colombianos?.
“Siquiera se murieron los abuelos” como diría el poeta para que no vieran esta descomposición social que en aras del dinero fácil está acabando con nuestra querida Colombia.
Colombianos el problema no es Uribe - Santos el problema es nuestra apatía ante esta situación. Reaccionemos que ya los nuevos amos, tienen el hierro candente listo  con el sello  de la falsa paz y del falso Socialismo del siglo 21  para estamparlo en nuestros glúteos.

Carlos Javier Londoño O.

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