miércoles, 26 de septiembre de 2012


Septiembre 26 de 2012

Crónicas leticianas 20

Cuando se trabajaba desinteresadamente por la región

Fue en el año 1974 cuando la Cámara de Comercio del Amazonas inició labores en la región amazónica por iniciativa de algunos comerciantes.
Pero fue en el año de 1975 cuando siendo presidente de la misma, Henry Alberto Porras Ardila por nombramiento directo del gobierno nacional presidido por Alfonso López Michelsen , con la  ayuda de su Secretaria Ejecutiva Ruth de Zambrano gestionaron ante Gastón Abello presidente de  Confecámaras la inscripción  de la naciente cámara de comercio del Amazonas ante esa confederación  para que fuera reconocida nacionalmente. Posteriormente, por su colaboración y aportes a la región por parte de esa  entidad, Gastón Abello fue condecorado por la Cámara de Comercio del Amazonas con  su distinción “Remo de Oro”.
Desde esa época han pasado por la entidad varios presidentes  y secretarios ejecutivos, unos  con gestiones plausibles, otros sin mérito ni gloria pero a pesar de ello  se veía la gestión de la entidad  la cual trabajando mancomunadamente con los comerciantes,  hacía  o se participaba en eventos regionales  o nacionales favorables a la región entre los cuales podemos destacar entre otros, la participación del Amazonas en una Bolsa Internacional de Turismo efectuada  en Medellín y patrocinada por Avianca, evento  en donde Capax como promotor del turismo amazónico con su anaconda al cuello, y las representaciones autóctonas de la región  junto con las artesanías  que viajaron con él, fueron el atractivo a nivel nacional e internacional.
La feria de productos nacionales  realizada en Leticia en las instalaciones del Hotel Anaconda a donde fueron invitados industriales de todo el país quienes llegaron a la ciudad a exhibir sus productos y hacerlos mas competitivos con los del Brasil y Perú. Fue una  exposición económicamente rentable pues llegaron y se quedaron muchos productos desconocidos en la región.
Además se hicieron  foros, conferencias, entrevistas y un sinnúmero de ayudas favorecedoras  a los comerciantes auspiciadas por  Confecámaras y las cámaras de comercio hermanas de Bogotá y Medellín.
 Hubo además acciones transcendentales como el paro promovido por la entidad para protestar por el problema energético. La adquisición ante la Aduana Nacional  del primer cupo en mercancías a que tenían derecho  los turistas que visitaban la región, aunque no fue competitivo con San Andrés, si fue motivo para que nos llegaran muchos visitantes, además de la consecución de  algunas de las exenciones aduaneras vigentes  a la época.
El Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Leticia es otra de las instituciones representativas de Leticia cuando el voluntariado se hacía con las manos, pero gracias al tesón, constancia y empuje de su comandante Ad-honorem señor Fabio Quintero Barrera director del Incomex regional para la época, secundado por voluntarios con ganas de hacer algo por la ciudad, sacaron adelante esa institución. De los cuales recuerdo algunos compañeros de acción  como el  sub-comandante Edison Díaz Prada, los tenientes: Tomás Cárdenas Barbosa, Jairo Hernández  y Cabrera, los cabos: Milton Puentes y  Velandia,  los bomberos:  Bayuca,  los hermanos Londoño entre otros cuyos nombres  se me escapan pero que pasaron a la historia por sus acciones de las cuales recordamos el gran incendio del almacén  distribuidor de productos Croydon y aluminio y plásticos Imusa situado en donde hoy queda  el Centro Comercial de los Cano,  incendio que se caracterizó porque esa madrugada  no había agua en los hidrantes y nos tocó apagarlo con la maquina abastecedora de agua y la cadena humana que con ollas y  baldes del mismo almacén se formo desde el sitio  del incendio hasta la orilla del río que afortunadamente estaba a una cuadra pues era  época de creciente. De esa conflagración solo quedó en pie unos bultos de sal petrificados y una caja fuerte.
Otro incendio famoso fue el de una lancha distribuidora de combustible que se incendio en la orilla del río que estaba crecido y que amenazaba con acabar con toda esa parte del puerto pues todas eran casas de madera. Para esos casos tocaba enganchar la lancha con unos garfios  atados a unos lazos para poderla jalar por medio de un deslizador a la mitad del río para que allá explotaran los bidones sin ningún peligro, pues así lo hicimos  con tan mala suerte que la explosión se efectuó antes de tiempo haciendo que la onda explosiva arrojara al agua a unos compañeros bomberos  que iban jalándola con el bote,  algunos de los cuales presentaron quemaduras de tercer grado.
De este incidente existe una magnífica e impresionante foto del hongo producido por la explosión, ojala si alguien la tiene la diera a conocer por lo interesante.
Otro acontecimiento memorable  fue el accidente y rescate de los pasajeros  del avión bandeirante de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) que con 22 personas a bordo  se estrelló contra una torre perteneciente a una emisora local cerca de la frontera  entre Colombia y Brasil, accidente en el cual murieron todos sus ocupantes, sobreviviendo sólo una  tortuga. 
El rescate de la avioneta  de la Comisaría HK-4528 G que cayó en la selva Amazónica y que de no ser porque un plano quedó en la copa de un árbol y fue avistada por George Tsalickis piloto particular en la zona, su localización hubiera sido muy difícil, allí murió nuestro teniente de bomberos Jairo Hernández.
El rescate posterior de  las aguas del río Amazonas del avezado piloto mencionado anteriormente el cual al tratar de despegar su hidroavión  de esa pista acuática  llamada amazonas al frente de la población de Ramón Castilla, el avión se capoteó, muriendo por inmersión al no poder zafarse de su cinturón de seguridad.
Además de las emergencias acuáticas y terrestres acaecidas cuando  el tradicional y famoso viento de Santa Rosa se aparecía en los amaneceres causando  vendavales  que atemorizaban la población, cuantos habitantes perdieron sus embarcaciones cuando al presentarse este fenómeno en la orilla del río, éstas chocaban unas con otras destruyéndose completamente para lo cual la única solución era prenderlas y sacarlas a la mitad del río a enfrentar la situación.
Y el mas trágico de todos los accidentes hasta ahora ocurrido y que tocó a todas las entidades de socorro de la región, la caída del avión de la Fuerza Aérea Colombiana el DC-6  FAC_902  a 10 minutos de vuelo saliendo de Leticia, accidente con el cual se pudo demostrar que ninguna entidad de socorro estaba preparada para una emergencia de esta magnitud.
Otra entidad que también inició sus actividades con el esfuerzo de sus voluntarios fue la Cruz Roja Colombiana seccional Amazonas la cual bajo la presidencia en mi época del señor  Lisímaco Canizalez  tratamos de hacer lo mejor posible en cuanto a prevención en desastres y salud, con campañas cívicas de vacunación en los caseríos indígenas   a lo largo del río Amazonas. Cuanta colaboración desinteresada existía en esa institución con sus damas voluntarias abnegadas  dirigidas bajo la  presidencia de la  señora Yaneth de Zambrano  y entre ellas otras como : Miriam de Otero, Iracy de Moré, Aura Lilia de Álvarez, Lucia Restrepo de Montes, Cristina de Rengifo, Aminta Filhó, Yolanda Marin  y el equipo de Socorristas bajo mi mando entre los cuales estaban:  Harlem William Rodríguez, Nelson Hernández, Manuel González, Rubén Capto, Tadeo Abella, Olga Müller, Nelly Rodríguez, Dolly Piedrahita, Elia Yadira Rodríguez, Gloria Inés Bardales, Miriam Camacho, James Rodríguez, Benilda Cachique y Jesús Salinas., grupo de incondicionales jóvenes  cuyas practicas de supervivencia que experimentábamos en la selva amazónica nos  sirvió y favoreció cuando el accidente del mencionado avión de la fuerza aérea cayó en  la selva y nos toco como  a las demás instituciones ir al rescate. Y para finalizar   no podíamos dejar atrás a la Defensa Civil Colombiana quien bajo la dirección del dr Evelio Parra Sánchez en colaboración con  Hernando Araque , Homero Benjumea y Capax entre otros también estaban dispuestos las 24 horas a hacer cumplir su lema “listos en paz o emergencia”.. Que satisfacción mas grata  haber pertenecido a esas entidades.
Así se hacia patria antiguamente, no buscando el interés egoísta y  personal, económico y figurativo como lo hacen hoy en día.
Ese era el espíritu de abnegación, colaboración, y hermandad que nos unía y que nos impulsaba a luchar por esa región que empezaba a vislumbrar  su futuro. 

domingo, 16 de septiembre de 2012


Septiembre 15 de 2012

Crónicas leticianas 19

Rumba en la frontera

Antiguamente El Marco y Tabatinga eran dos poblaciones, la civil y la militar que unidas en una sola, conformaban el área fronteriza brasilera.
La población de El Marco, era el sitio obligado a visitar, tanto  nosotros los habitantes de Leticia como los turistas que arribaban a la ciudad, cuando de rumbear, cambiar de ritmo y de licor se trataba.
Parte de la población esperábamos con ansias que fuera el sábado para irnos a bailar al otro lado, conformando unas “patotas”  que en barra nos dirigíamos  hacia los bailaderos pues a estos había que ir prevenidos, ya para ese tiempo la rumba con los brasileros era complicada pues en esos sitios como eran tan populares, había que estar a la expectativa, pues como los colombianos teníamos fama de buenos gastadores éramos muy apetecidos por las brasileras con las cuales teníamos bastante afinidad, razón  por la cual había que estar listos para  defender a la amiga y a la botella  que bebíamos que casi siempre era ron bacardí, pues esta al menor descuido en la mesa desaparecía, y eso era motivo para que se prendieran unas peleas de la madona.
El traslado hacia esos sitios casi siempre lo hacíamos a pie por una calle  sin pavimentar que  hoy en día es  la que conduce a las instalaciones de la planta generadora de energía. Este camino era el más rápido para llegar por el cual no había problema mientras no lloviera pues había que pasar la quebrada San Antonio.
Allí estaban los bailaderos esperando a sus danzantes, los cuales se reconocían por la cantidad de personas afuera, por las ventas ambulantes y por el ruido estruendoso de los amplificadores ellos eran: El Chapeau de Palha, Bracope, Tropical y la carpa de Pulinho.
Esos sitios eran todo el embrujo de la cultura brasilera en cuanto a bailes y música se trataba y en donde las “garotas” con sus esbeltos y esculturales cuerpos danzaban insinuantes al ritmo  de la música  siendo el atractivo turístico  para muchos colombianos.
Había que ver el remedo de Carnaval de Río de Janeiro que presentaban en el pueblo en la misma fecha en que ocurría el mundialmente  conocido carnaval.
Danzas y música samba se bailaban y se dejaban escuchar durante los mismos días que duraba el carnaval de río en donde la gente enardecida por el ritmo y el licor danzaban varios días seguidos   estimulados por un aerosol que esparcían en el aire  conocido como Chisguette o Chinguette el cual producía un estado de fogosidad  y ahuyentaba el sueño Era una especie de doping para resistir esa maratón bailable
Ritmos de la época se bailaban hasta el amanecer siendo la samba el principal, con temas como cidade maravillosa,  cachaza nao é agua nao,  Me da dinero ahí, el carimbó- Sirimbó de Pinduca, temas de Martinho Da Vila como Canta canta minha gente, Lindomar Castilho con voce e doida de mais, Benito de Paula, conjuntos juveniles como Os Motokas  y otros temas como Sinha Pureza, y e prohibido cuchilar, alegraban la noche.
Era una experiencia inolvidable sobre todo cuando se iba por primera vez. Al amanecer cuando había que regresar a Leticia, venía la complicación pues no había transporte y el regreso había que hacerse a pie, si no había llovido no era problema, pero si esta hubiese caído  y escampado el regreso era toda una odisea pues habían dos opciones para ello,  por el desecho de la quebrada San Antonio que a esa hora era oscuro y era peligroso  o por la avenida internacional por donde el barro amarillento   extraído de  los huecos cavados para hacer  la red del acueducto eran unos obstáculos a superar pues ese lodo se le pagaba a los zapatos quedando uno como montado en plataformas.
Además de las caídas de los que iban “tomados” hacían parte de la fiesta del regreso Hablando coloquialmente era una embarrada total la que regularmente salía, al llegar a casa, con un buen baño.
En Leticia, también teníamos nuestros sitios de diversión y sano esparcimiento empezando por “el Apostadero Naval” que venía a ser el club social de la ciudad  en la época  y en donde se realizaban espectaculares fiestas con artistas y orquestas de renombre nacional como Los Hispanos, Lucho Bermúdez, grupo Niche, Mario Gareña, Rafael Escalona,  Nelson Pinedo entre otros.
También estaba la caseta  llamada “La Cumparsita” administrada por el famoso “Jabalí” en donde los sábados y días feriados se presentaban conjuntos tanto colombianos como peruanos y brasileros además de la orquesta local “Amazonas Ritmo y Onda” con  don Chepe Ramírez como director. Temas como “la Sirena” “El forastero” y otros de Nelson y sus Estrellas  y Nelson Henríquez se escuchaban hasta el amanecer. Posteriormente aparecieron las discotecas como “La Tarántula”, La del Hotel Anaconda, Discoteca Tacones y la Poversa las cuales tienen sus particulares historias   de la época del narcotráfico. 
Si de enamorar se trataba había unas buenas heladerías en donde se podía ir a degustar un buen trago, con buenos decibeles en el sonido que permitían charlar  con su pareja o escuchar la música de la época  con  los temas de Roberto Carlos como  Amada Amante, Detalles, Amigo, Jesucristo, temas de José Augusto como Candilejas, temas del gigante de la canción Nelson Ned como si las flores pudiesen hablar y yo también soy sentimental. Temas románticos con los cuales muchos conquistamos y enamoramos  a nuestras novias  y posteriormente a nuestras esposas.
Tales heladerías  eran “Acuarius” de los hermanos Mejía, situada en donde hoy queda el colegio naval muy visitada por su atención, también estaba “Palmeiras” situada exactamente en donde hoy está el almacén El Opita. Ese era el sitio de mayor concurrencia por los habitantes y los turistas pues las mesas situadas en la parte de afuera del local eran apetecidas por la frescura que procedía del río en las noches de verano además de su famoso trago  a base de ginebra y limón llamado “Samahuva Especial Drink” que era un  agradable estímulo al organismo  después de haber estado todo el día de tour por el río, esa era administrada por  los hermanos Londoño., la terraza de Mike famosa por que desde allí se fotografiaban  los hermosos atardeceres. Estaban además la del Hotel  Parador Ticuna que para un domingo ir con la familia a la piscina era especial, la del Hotel Colonial y la del Hotel Anaconda que pasó a la historia porque era prácticamente la oficina de todo emergente que llegaba a la región.
Y  si de complacer su instinto gastronómico se trataba, hubo magníficos sitios para degustar un buen plato empezando por “La Barra”  cuando fue un bar restaurante, manejado por  el famoso “Grillo” y su socio Javier Espinoza. Restaurante que hasta ahora creo no haya sido igualado pues allí se comía el mejor churrasco servido en la ciudad acompañado de un buen vino Martínez Cuesta Rioja  tinto o blanco de cavas españolas, también estaba el restaurante del  también español Barbero que quedaba al frente de Barbacoas, el Caravelle con comida típica peruana situado en donde hoy queda el supermercado León estaban además los restaurantes de los hoteles  Anaconda, Parador Ticuna, y Colonial como los mas representativos.
Esto es grosso modo un recorderis de los sitios que nos dejaron gratas recordaciones  en la época en que Leticia era una ciudad ecológica, pulmón del mundo y el turismo nacional y extranjero era visible por todas sus calles, avenidas, almacenes, bares y restaurantes en donde en un sano compartimiento se mezclaban con la población. 

lunes, 10 de septiembre de 2012


Septiembre 08 de 2012

Crónicas leticianas 18

“Costumbres que nos unificaban”


Son las 7 am de un día cualquiera de los años 70   en la ciudad de Leticia.
Un escuadrón de la Armada Nacional impecablemente vestido de blanco con su armamento al hombro, marcha acompasadamente detrás de la banda marcial de la misma institución dándole vida a la ciudad, hacia la plazoleta situada en donde hoy quedan los dos monumentos mas representativos de la ciudad, el monumento a la negligencia llamado “Hotel Victoria Regia” y el monumento al despilfarro llamado “Monumento a la Hamaca”.
Allí, en una gran torre metálica que se eleva al infinito, todos los días en la mañana y en la tarde se izaba y se arriaba el tricolor colombiano, el cual  en la cima de la estructura, se ondeaba majestuoso como saludando a los dos países vecinos haciendo alarde de soberanía.
Era una ceremonia  significativa durante la cual  al momento de la izada del pabellón y  canto  de nuestro Himno Nacional  entonado por los infantes de marina,la ciudad se paralizaba.
Los carros,motos y transeúntes detenían su marcha, los pasajeros se apeaban de sus vehículos y como buenos soldados con el pecho henchido de patriotismo, se ponían firmes.
Por la tarde, a las 5 pm se repetía la misma ceremonia con la arriada del  pabellón.
Esta manifestación nacionalista mantenía fusionada la población en torno a sus  autoridades  y manifestaciones patrias con el respeto que estas se merecían, pues nadie se atrevía a  irrespetar  tan solemne ceremonia so pena de ser reprendido por las autoridades.
Espectáculo que era admirado y comentado por los turistas que lo presenciaban aduciendo que este era un gesto patriótico transcendental  solo visto en esa frontera y que por el respeto y solemnidad con que se hacia era digno de imitarse en otras ciudades de Colombia.
Hoy recuerdo con nostalgia, como para el 20 de Julio de 1985, posterior al desfile patrio con que se celebró esa fecha en las tradicionales fiestas de  la Confraternidad Fronteriza, en otra torre más alta que la anterior, situada a la altura de la frontera por la avenida internacional y creo que perteneciente a las comunicaciones de Telecom, se quiso batir un récord pues en esa torre de 108 metros de altura, se izó una de las banderas mas grandes de Colombia para esa época,  que medía  460 metros   cuadrados y la cual necesitó de 6 miembros militares para ser izada, y como dato curioso se tardaron 12 minutos en subirla y en donde el himno nacional se tuvo que repetir varias veces debido a lo pesada que era, lo que hacia lenta la subida
Lástima que esta arraigada costumbre fuera abolida  y fuera reemplazada por una ceremonia poco vistosa y muy particular la cual personalmente observé en una calle paralela al edificio de la policía  en donde unos agentes entonando un melancólico  himno nacional desentonado y a bajo volumen  cantando mas por obligación que por convicción y si a esto se le suma  las  risas y conversas de los alumnos del Sena aledaños a este acto que a esa hora están entrando a clases, mas  el  desplazamiento de personas y motos  que sin ningún respeto deambulan por el área sin mediación de autoridad alguna hacen que este espectáculo desmerite la autoridad y soberanía  reinante en ésta significativa frontera.
Otra de las evocaciones  que pasó a la historia pero que también es de grata recordación, era  el toque  a las 12 m de la sirena del Honorable Cuerpo de Bomberos de Leticia  instalada en el colorido tanque metálico de la empresa de acueducto municipal “Insfopal” que quedaba al frente de la tienda de Muñocito. por la Avenida Vásquez Cobo,que anunciaba que el día se partía en dos y que la tarde empezaba, anuncio para que muchos comerciantes cerraran sus negocios y salieran a almorzar
Lo que mas llamaba la atención era que faltando cinco para las doce a esa esquina, antes de sonar la sirena, llegaba todos los días un perro el cual  se sentaba a esperar el ulular del artefacto.
Cuando iniciaba el ensordecedor sonido, el perro inmediatamente se emparejaba con la sirena a aullar hasta que terminaba  de sonar. Era digno de admirar la puntualidad del animal quien después de terminado el acto, se marchaba a su casa.
Y otra cosa muy importante que mucha gente desconoce era que los  toques de la sirena tenían claves para la ciudadanía, las cuales podían ser el número de veces que sonaba que podían indicar, emergencia aérea,  fluvial, terrestre o emergencia  general.
Que levantamiento de moral la que ejercía aquella  bandera en la cima de esa torre,  cuando al llegar el avión a Leticia y antes de aterrizar lo primero que uno divisaba desde el aire era el tricolor ondeando en medio de la ciudad y al aterrizar  se divisaba el famoso tanque multicolor del acueducto.
Lo mismo ocurría cuando se regresaba por agua de Benjamin Constant , lo primero que uno divisaba en lontananza al entrar en las aguas del río amazonas, era el pabellón  nacional ondeando y señalando exactamente en donde quedaba  la ciudad de Leticia.
Que bueno sería retomar esas  viejas pero significativas costumbres que sanamente unificaban a la población, mas ahora que  Leticia  se esta dejando absorber por el idioma, las costumbres y ritmos brasileros desplazando nuestros auténticos valores colombianistas.

Agosto 31 de 2012


Crónicas leticianas 17

Nuestro sentido patriótico en la frontera.

Desde los  tiempos en que Leticia pasó a ser territorio colombiano, los peruanos no han visto con buenos ojos esta perdida, razón por la cual en épocas anteriores siempre se especulaba de una posible toma de la ciudad por parte de ellos.
Fue así como una tarde de aquella época, se  empezó a correr el rumor de que esa noche la toma podía hacerse realidad.
La tensión se acrecentaba  mientras caía la tarde, movimiento de tropa, gente inquieta y a la expectativa, era lo que se veía.
El Comandante de la guarnición  Mayor Casalins, perteneciente  a la Armada Nacional, al observar que la población se encontraba intranquila, como medida preventiva y defensiva y  como jefe militar máximo en la zona, permitió como acto excepcional el porte de armas para todos los civiles residentes en la ciudad.
Para complementar este rumor, ya entrada la noche se observo en la isla peruana que quedaba al frente de Leticia, unos  movimientos de luces y reflectores que alertaron, previnieron y tensionaron más  a la población  y a las autoridades locales.
Ante la orden impartida por el comandante, la calles se vieron pobladas, fuera del personal militar que patrullaba, con personal civil  quienes portaban toda clase de armamento desde los más viejos hasta los más modernos, hecho que causó asombro a las autoridades que desconocían el potencial bélico que poseía la ciudad.
Como personaje destacado en esta operación tenemos a un  ex presidiario de la selvática colonia Penal de Araracuara la cual  había sido cerrada en años anteriores, quien residía en Leticia.
Los presos que allí purgaban sus penas, al cierre de la prisión, muchos se quedaron a vivir en la selva y otros se trasladaron a ciudades colombianas incluyendo Leticia en donde habitaban, como decentes ciudadanos, un buen número de ellos.
Este personaje conocido como “ 7 pintas” cuyo apodo  se gano por su forma peculiar de vestir pues para cada día de la semana tenia una pinta diferente la cual no repetía. Era una de sus características.
A pesar de sus antecedentes, vivía normalmente y era respetado en la ciudad.
Esa  noche aprovechando la orden impartida  por la autoridad, sacó a relucir sus armas  y concretando a varios de sus compañeros de reclusión, formó un comando quienes marchando acompasadamente desfilaron por la ciudad dando un ejemplo de patriotismo jamás visto, y los cuales dirigiéndose a la sede militar se pusieron firmes ante las autoridades  encargadas  como un comando voluntario dispuesto a defender la soberanía de la ciudad si la ofensiva se hacia realidad. El comandante, agradeciéndoles el gesto les pidió el favor de que patrullaran la ciudad.
El Mayor quedó impresionado  por la cantidad de armas que salieron a relucir, lo mismo por el gesto patriótico de las gentes que en grupos se presentaban al comando a ofrecerse como voluntarios en la defensa de la ciudad.
El pueblo no durmió esa noche, gente armada  recorría la ciudad en motos, carros  y cuanto vehículo de tracción funcionara. El jefe de bomberos como radioaficionado que era, de desplazó con una patrulla militar río Amazonas arriba  a comprobar la veracidad del rumor, desde donde se contactó con la guarnición en Leticia, con sus colegas  radioaficionados colombianos y del mundo quienes por su intermedio conocieron  la situación..
Al amanecer  regresaron con la buena noticia que el rumor era una falsa alarma y que los movimientos que se veían al frente en la isla, era una embarcación de gran calado que estaba en reparación.
Toda la ciudad volvió a la normalidad y del armamento exhibido en la  noche, conocido por las autoridades, al otro día desapareció como por arte de magia sin que éstas tomaran cartas en el asunto pero con el conocimiento de que allí existían y que estaban listas para defender el nombre de Colombia.
Con este gesto se demostró que las gentes que vivíamos en aquella época en esa querida frontera, nos corría por las venas ese amarillo, azul y rojo de nuestra bandera colombiana la cual no estábamos dispuestos a  que nadie nos la irrespetara y en donde ese vibrar de patria y el nacionalismo existente en cada uno de nosotros hacia que las  autoridades no se preocuparan en demasía,  pues sabían que la frontera estaba bien cuidada y representada.
Situación muy diferente a la que se vive actualmente  en donde me tocó presenciar  entre otras demostraciones apátridas, que al sonido de nuestro himno nacional, a la juventud y a mucha gente les preocupa muy poco su respeto y sobre todo no hay autoridad alguna que lo haga respetar. De ahí que escuchar ahora en esa frontera,  nuestro himno o un forró brasileño en alguna presentación, es la misma vaina. 

Agosto 24 de 2012


Crónicas leticianas  16


Y sentamos un precedente.


Fue el día 6 de Noviembre  de 1985 cuando siendo presidente de la Cámara de Comercio del Amazonas apoyado por mi secretario ejecutivo señor Roberto Camacho Prada y la junta directiva en pleno conformada por hoy prestantes comerciantes de la ciudad y apoyados por el comercio y el pueblo en general, sentamos un precedente histórico en el Amazonas al realizar el primer paro generalizado con repercusión nacional.
Cansados de que Leticia fuera la cenicienta de Colombia manejada en ese entonces por el Departamento Administrativo de Intendencias y Comisarías “ Dainco” dirigido por el politiquero de oficio Héctor Moreno Reyes, segundo presidente de Colombia virtualmente pues bajo su mando estaba casi medio  país conformado por las intendencias y comisarías de la época y que fuéramos el basurero energético del país  donde nos mandaban para suplir nuestra necesidad lumínica, todas las plantas generadoras viejas que sobraban en los departamentos, las cuales solo nos producían gastos en combustible y repuestos pues eran mas los días que permanecían en reparación que produciendo el fluido eléctrico,  fueron los motivos suficientes para realizar esa la protesta.
La Cámara de Comercio del Amazonas como ente manejador de los destinos del comercio en la ciudad y ante  las continuas quejas por la falta de  este vital servicio y aunque esta no es una de sus atribuciones, convocó al pueblo en general a una protesta pacífica para reclamar uno de sus sagrados derechos que como mínimo debíamos de tener en esta frontera representativa del país.
Unidos bajo un mismo lema  con sentido de pertenencia, con ese vibrar de patria y sobre todo con ese espíritu de colaboración y unidad  que nos caracterizaba cuando había que luchar por algo que nos afectara,hicieron que  la gente reaccionara  ante esta situación y burla de los organismos estatales.
Fue así como convocamos para ese día  6 de Noviembre un paro general del comercio leticiano como medio para hacernos sentir.
Desde tempranas horas la ciudad amaneció con sus  locales comerciales cerrados  y los comerciantes secundados por el pueblo se fueron arremolinando en las afueras del edificio de la Comisaría, hoy edificio representativo de la gobernación en donde quedaban las oficinas de la Cámara de Comercio.
Cuando ya había personal representativo, se dio comienzo a la marcha pacifica por las principales calles de la ciudad con terminación de la protesta al frente  del edificio en donde funcionaban las vetustas plantas generadoras.
Al paso de la manifestación mas pueblo se unía a la causa y al son de arengas y estribillos dicientes y motivantes, nos dirigimos a la avenida internacional.
A medida que la mañana transcurría el calor se hacía sofocante  enardeciendo más el cuerpo de los manifestantes razón por la cual en esta avenida trato de dañarse la protesta pues ya hubo conato de piedra y el derribo de varios postes de luz para obstaculizar el tráfico automotor por la frontera, afortunadamente todo se controló a tiempo y el río humano continuo la marcha hacia el objetivo, las instalaciones  en donde funcionaban las plantas.
Con antelación los comerciantes de productos cárnicos de la plaza de mercado con “tortilla el pobre” a la cabeza, se habían comprometido a hacer un sancocho colectivo para atender a los manifestantes después de la marcha.
Desafortunadamente este fue el hecho negativo que marcó la protesta , pues ese amigo al venir por la avenida internacional en su moto en estado de embriaguez a supervisar el alimento convenido chocó con uno de los postes tendidos en el suelo impacto que le causo la muerte  en forma inmediata.
Esto fue posterior al paso de la muchedumbre que ya se encontraba al frente del objetivo enardecida, lanzando vituperios e insultos contra la clase dirigente y el gobierno y una que otra piedra contra las instalaciones en donde operaban las causantes de la protesta. Afortunadamente  teníamos credibilidad y nuestra lucha en ese momento era que la manifestación  no se fuera a degenerar porque ahí si sería el acabose.
De pronto alguien de la multitud grito que nos dirigiéramos a tomarnos la pista del aeropuerto a la hora de la llegada del vuelo de Avianca.
Ahí si pensé que la manifestación se iba a degenerar pues la gente no lo pensó dos veces y empezaron el desfile hacia el aeropuerto.Ya el avión  se encontraba en plataforma.
Al llegar al Terminal aéreo,  ya la fuerza pública estaba replegada dispuesta a impedirnos  el acceso a la pista, afortunadamente el problema generador de la protesta nos tocaba a todos inclusive a la misma policía.
Al observar que la gente iba dispuesta a todo me adelanté  a hablar con el comandante del operativo, amigo comprensivo,  tocado como dije anteriormente por el mismo problema a quien le solicité que nos dejara pasar que yo me hacia responsable de la situación pues el impedimento podía desencadenar en choque entre los dos bandos lo cual no era necesario que yo me responsabilizaba de los manifestantes  y que él se encargara de los agentes, pues  el enfrentamiento si se daba, era desigual pues nosotros triplicábamos a la fuerza pública, a lo mejor esta visión sirvió de  argumento  para que nos dejara seguir.
Apaciguando a la multitud de que guardaran la compostura y el orden sobre todo al llegar cerca de donde se encontraba parqueada  la aeronave con miras a que no fueran atentar contra ella, la gente se sentó en el suelo impidiendo que el avión decolara hacia Bogotá.
Mientras esto ocurría, delegue mis funciones en otros compañeros y me dirigí a la casa a vestirme con el uniforme de Socorrista de la Cruz Roja pues yo era también el director de Socorrismo en esa época.  Cite a varios de los integrantes  de la institución  y con agua regalada por los comerciantes me dirigí de nuevo al aeropuerto a hidratar la gente y a estar pendiente a prestar cualquier auxilio necesario
Que conciencia tan verraca y que espíritu de solidaridad la de los manifestantes pues a esa hora la pista parecía un hervidero por el calor canicular que emanaba la pista, mas sin embargo esto no fue obstáculo para que todos permanecieran sentados en el piso, impidiendo la salida de la aeronave.
Mientras tanto mi hermano, poseedor de un local en la sala de espera del aeropuerto convencía a los pilotos amigos de él de que se unieran a la justa causa encerrándose en el local mientras pasaba la situación. Así lo hicieron, gesto que fue agradecido por los dirigentes de la manifestación.
Al verme el comandante de la policía vestido  como socorrista  me dijo; Ah es que me está jugando a dos bandos?. Tranquilo comandante que aquí no va a pasar nada le dije sonriendo y empezamos a repartir el agua a la policía y a los manifestantes.