lunes, 10 de septiembre de 2012


Agosto 24 de 2012


Crónicas leticianas  16


Y sentamos un precedente.


Fue el día 6 de Noviembre  de 1985 cuando siendo presidente de la Cámara de Comercio del Amazonas apoyado por mi secretario ejecutivo señor Roberto Camacho Prada y la junta directiva en pleno conformada por hoy prestantes comerciantes de la ciudad y apoyados por el comercio y el pueblo en general, sentamos un precedente histórico en el Amazonas al realizar el primer paro generalizado con repercusión nacional.
Cansados de que Leticia fuera la cenicienta de Colombia manejada en ese entonces por el Departamento Administrativo de Intendencias y Comisarías “ Dainco” dirigido por el politiquero de oficio Héctor Moreno Reyes, segundo presidente de Colombia virtualmente pues bajo su mando estaba casi medio  país conformado por las intendencias y comisarías de la época y que fuéramos el basurero energético del país  donde nos mandaban para suplir nuestra necesidad lumínica, todas las plantas generadoras viejas que sobraban en los departamentos, las cuales solo nos producían gastos en combustible y repuestos pues eran mas los días que permanecían en reparación que produciendo el fluido eléctrico,  fueron los motivos suficientes para realizar esa la protesta.
La Cámara de Comercio del Amazonas como ente manejador de los destinos del comercio en la ciudad y ante  las continuas quejas por la falta de  este vital servicio y aunque esta no es una de sus atribuciones, convocó al pueblo en general a una protesta pacífica para reclamar uno de sus sagrados derechos que como mínimo debíamos de tener en esta frontera representativa del país.
Unidos bajo un mismo lema  con sentido de pertenencia, con ese vibrar de patria y sobre todo con ese espíritu de colaboración y unidad  que nos caracterizaba cuando había que luchar por algo que nos afectara,hicieron que  la gente reaccionara  ante esta situación y burla de los organismos estatales.
Fue así como convocamos para ese día  6 de Noviembre un paro general del comercio leticiano como medio para hacernos sentir.
Desde tempranas horas la ciudad amaneció con sus  locales comerciales cerrados  y los comerciantes secundados por el pueblo se fueron arremolinando en las afueras del edificio de la Comisaría, hoy edificio representativo de la gobernación en donde quedaban las oficinas de la Cámara de Comercio.
Cuando ya había personal representativo, se dio comienzo a la marcha pacifica por las principales calles de la ciudad con terminación de la protesta al frente  del edificio en donde funcionaban las vetustas plantas generadoras.
Al paso de la manifestación mas pueblo se unía a la causa y al son de arengas y estribillos dicientes y motivantes, nos dirigimos a la avenida internacional.
A medida que la mañana transcurría el calor se hacía sofocante  enardeciendo más el cuerpo de los manifestantes razón por la cual en esta avenida trato de dañarse la protesta pues ya hubo conato de piedra y el derribo de varios postes de luz para obstaculizar el tráfico automotor por la frontera, afortunadamente todo se controló a tiempo y el río humano continuo la marcha hacia el objetivo, las instalaciones  en donde funcionaban las plantas.
Con antelación los comerciantes de productos cárnicos de la plaza de mercado con “tortilla el pobre” a la cabeza, se habían comprometido a hacer un sancocho colectivo para atender a los manifestantes después de la marcha.
Desafortunadamente este fue el hecho negativo que marcó la protesta , pues ese amigo al venir por la avenida internacional en su moto en estado de embriaguez a supervisar el alimento convenido chocó con uno de los postes tendidos en el suelo impacto que le causo la muerte  en forma inmediata.
Esto fue posterior al paso de la muchedumbre que ya se encontraba al frente del objetivo enardecida, lanzando vituperios e insultos contra la clase dirigente y el gobierno y una que otra piedra contra las instalaciones en donde operaban las causantes de la protesta. Afortunadamente  teníamos credibilidad y nuestra lucha en ese momento era que la manifestación  no se fuera a degenerar porque ahí si sería el acabose.
De pronto alguien de la multitud grito que nos dirigiéramos a tomarnos la pista del aeropuerto a la hora de la llegada del vuelo de Avianca.
Ahí si pensé que la manifestación se iba a degenerar pues la gente no lo pensó dos veces y empezaron el desfile hacia el aeropuerto.Ya el avión  se encontraba en plataforma.
Al llegar al Terminal aéreo,  ya la fuerza pública estaba replegada dispuesta a impedirnos  el acceso a la pista, afortunadamente el problema generador de la protesta nos tocaba a todos inclusive a la misma policía.
Al observar que la gente iba dispuesta a todo me adelanté  a hablar con el comandante del operativo, amigo comprensivo,  tocado como dije anteriormente por el mismo problema a quien le solicité que nos dejara pasar que yo me hacia responsable de la situación pues el impedimento podía desencadenar en choque entre los dos bandos lo cual no era necesario que yo me responsabilizaba de los manifestantes  y que él se encargara de los agentes, pues  el enfrentamiento si se daba, era desigual pues nosotros triplicábamos a la fuerza pública, a lo mejor esta visión sirvió de  argumento  para que nos dejara seguir.
Apaciguando a la multitud de que guardaran la compostura y el orden sobre todo al llegar cerca de donde se encontraba parqueada  la aeronave con miras a que no fueran atentar contra ella, la gente se sentó en el suelo impidiendo que el avión decolara hacia Bogotá.
Mientras esto ocurría, delegue mis funciones en otros compañeros y me dirigí a la casa a vestirme con el uniforme de Socorrista de la Cruz Roja pues yo era también el director de Socorrismo en esa época.  Cite a varios de los integrantes  de la institución  y con agua regalada por los comerciantes me dirigí de nuevo al aeropuerto a hidratar la gente y a estar pendiente a prestar cualquier auxilio necesario
Que conciencia tan verraca y que espíritu de solidaridad la de los manifestantes pues a esa hora la pista parecía un hervidero por el calor canicular que emanaba la pista, mas sin embargo esto no fue obstáculo para que todos permanecieran sentados en el piso, impidiendo la salida de la aeronave.
Mientras tanto mi hermano, poseedor de un local en la sala de espera del aeropuerto convencía a los pilotos amigos de él de que se unieran a la justa causa encerrándose en el local mientras pasaba la situación. Así lo hicieron, gesto que fue agradecido por los dirigentes de la manifestación.
Al verme el comandante de la policía vestido  como socorrista  me dijo; Ah es que me está jugando a dos bandos?. Tranquilo comandante que aquí no va a pasar nada le dije sonriendo y empezamos a repartir el agua a la policía y a los manifestantes. 

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