Julio 26 de 2013
Crónicas leticianas 50
“A don Custodio Parra Rojas, mi respeto y mi reconocimiento”
Murió uno de los más grandes comerciantes que tuvo el Amazonas en
su época pionero del comercio y del turismo, señor Custodio Parra Rojas.
Sin causarme extrañeza, veo
que ninguna entidad de las que funcionan
en la ciudad ni nadie se ha pronunciado
al respecto, aunque fuese con una mención al personaje que manejó los hilos de
la economía en esa frontera tripartita.
Desafortunadamente, como Don
Custodio, no era “producto interno bruto”
amazonense, a lo mejor no pasara a los anales históricos de la región, como le
ha ocurrido a otros personajes que han
hecho mucho por el territorio y que el pago que
han recibido ha sido el
desconocimiento de sus acciones y
el desagradecimiento de la ciudad, como
son los casos de los foráneos el Dr
Silva y Mike Tsalickis entre otros, que por su accionar honesto y con las
fallas que como todo humano se pueden cometer, han pasado como simples
ciudadanos.
Caso contrario ocurre hoy con
aquellos que, siendo o no conterráneos, por su actuar deshonesto, doble moral,
negligente, apático e indolente con la
región, pero que si han compartido con el pueblo parte del erario amazonense, se
han ganado los puntos necesarios para
subir al pódium de los personajes importantes.
Quiero con éste artículo -con el
respeto que él y su familia me merecen- Agradecerle y hacerle un reconocimiento
por todo lo que hizo por la región en épocas cuando Leticia tenía mejor
calidad de vida, en donde los problemas del departamento eran problemas de todos y se trataban de solucionar de común acuerdo y en donde los trabajos se
ejercían con honestidad.
Éste personaje, quien con su
almacén “La Confianza Y Créditos Cuspar” en primer lugar, seguido por el señor
Blas Porras con su “Bodegas El Triunfo”, comercialmente en segundo lugar,
trabajando en camaradería y sentido de
amistad con los señores Mario Soarez de
Tabatinga, propietario del supermercado “ Taquí ”, Joaquín Abenzur, magnate maderero y naviero que ejercía su comercio en Islandia
( Perú) y el señor Lucho Valdés Villacorta comerciante de Pucallpa (Perú) formaron
el triángulo comercial que movió las
importaciones y exportaciones y las divisas
para los tres países y toda ésa frontera amazónica.
Según los “comunicativos” amigos
de tertulia, a los cuales les enseñó los
juegos que aún eran desconocidos en la región, como el póker, el dominó y los
dados entre otros, contaban que don Custodio llegó a Leticia como guardia aduanero procedente de una hermosa tierra, su pueblo natal, llamado Timaná
que queda en el departamento del Huila.
Trabajo en que se desempeñó con
honestidad por largo tiempo.
Después de renunciar a su empleo
original de aduanero, decidió montar su propio negocio, que todos conocimos con
el nombre de almacén “La Confianza”, desde donde empezó su ascendente carrera
comercial pues era el representante de casi todas las firmas empresariales colombianas, peruanas y brasileñas, y
especialmente de Panamá, país del cual
era su primer importador.
El origen de su capital –decían-
fue producto del azar, tema que no viene al caso profundizar, aunque lo conozco, para evitar malos entendidos, pues de esos
comentarios nada me consta.
Posteriormente se asoció con otro
comerciante, creando las bodegas en donde comercializaba las pieles de tigre,
caimán negro y serpientes, dándole trabajo a muchas personas de la ciudad que
laboraban en el puerto, comprando para él toda clase de pieles que llegaban, en un negocio que era permitido en aquel entonces
hasta cuando llegó la veda por un acuerdo firmado en Leticia por los presidentes
Pastrana de Colombia y Garrastazú Medici del Brasil.
Desde las bodegas salían
cantidades de pieles en los barcos
ingleses que llegaban a Leticia y que posteriormente salían para Europa.
Hacedor junto con su hijo Evelio
, como arquitecto, y Jaime Núñez -
popularmente conocido como “Panucho”-
como maestro de obra, del famoso “Hotel
Anaconda” emblema amazónico que ha albergado personajes de toda clase desde presidentes hasta emergentes famosos; hotel que fue construido
como competencia turística a los hoteles “Parador Ticuna” y “ Hotel Colonial”
de los hermanos Mike y Jorge Tsalikis, impulsadores turísticos del Amazonas a nivel
nacional y mundial.
Fue el pionero de los créditos en
el Amazonas y en especial en la ciudad
capital Leticia, con su almacén “Créditos Cuspar”, el cual fue gerenciado inicialmente por el señor Alberto Sánchez,
seguido por su sobrino Robinson Parra quien se lo compró posteriormente, siendo
el heredero al día de hoy, de ese
emporio comercial que inició su tío y que hoy se llama “Créditos Parra”.
Como dato anecdótico, les cuento
que las primeras volquetas que llegaron a Leticia fueron sacadas a crédito por los señores Hernando
Matiz e Ignacio Enciso.
Toda persona que se precie de
haber vivido en Leticia por muchos años,
tuvo que ver con el almacén Créditos Cuspar, de ahí que fue incluido el cuento
de que el que tomara agua del río
Amazonas para aquella época, le caía la
maldición que se hacía realidad con los
siguientes hechos: vivir en Leticia por más
de 10 años, casarse con una leticiana, comprar un carro viejo, que la casa se la construyera Panucho y tener un crédito, en Créditos Parra.
En resumen: Don Custodio fue
todo un magnate en la región. En cualquier
transacción de gran magnitud económica
que se hiciera en la ciudad, sus manos
estaban de por medio pues era tanto
el poder, que hacia subir o bajar las cotizaciones del Cruzeiro y el sol (moneda del Perú) en la
ciudad de acuerdo con su conveniencia.
Desafortunadamente para dolor de mucho leticiano, la mayoría de las
grandes empresas creadas en la región fueron hechas por manos netamente foráneas.
A Don Custodio, mi respeto y mi
reconocimiento.
Carlos Javier Londoño O.
Buen día, quisiera saber de su memoria de los e personajes que impulsaron el comercio de pescado tanto fresco como seco, personas como Hernán Gómez y Rafael Lozano, amigos de figuras como los Tsalickis,los Porras y comerciantes brasileños
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