martes, 17 de abril de 2012

El porqué de mis escritos alusivos a la problemática del Amazonas


Abril 10 de 2012





El porqué de mis escritos alusivos a la problemática del Amazonas



A  raíz de los escritos  y fotos de mi autoría que he publicado por la prensa amazonense, por  Facebook, o leídos por alguna emisora regional en donde a veces comento, muestro, o denuncio  algunos de los problemas que agobian el departamento del Amazonas y en especial a su ciudad capital Leticia, situaciones que para sus moradores posiblemente sean  comunes, pero que vistos desde otra óptica pueden ser infracciones  que con el tiempo y la permisividad de algunas autoridades se han convertido en ley en la región, ha surgido una pregunta enunciada por varias personas sobre el porqué de mis apuntes engorrosos hacia esa ciudad, sus administraciones o su gente a sabiendas que estas mismas situaciones se presentan y se viven en otras ciudades colombianas?.
Aquí van mis apreciaciones:
Primero que todo aunque no soy Amazonense de nacimiento, si lo soy de corazón y como paisa de raca mandaca y gracias al espíritu aventurero y de progreso que nos caracteriza  me  permitió llegar a  esa hermosa tierra cuando iba de paso hacia el Brasil a continuar mis estudios de medicina luego de ser expulsado de la Universidad de Antioquia por no tragar entero, digerir y denunciar las actuaciones deshonestas de mis superiores. Aquí me pregunto: para que sirve el estudio? Pues  yo creo que para tener conocimientos, un trabajo estable, una remuneración y mejorar la calidad de vida, pues bien, como la ciudad de Leticia  me ofreció estas oportunidades, hasta aquí llegaron los míos  de lo cual no me arrepiento. Y es por esta razón por la cual me quede en esa ciudad mas de veinte años haciendo patria gratis trabajando y colaborando con la ciudad en puestos de los cuales  la mayoría eran  Ad-Honorem  pero los ejercí con gusto, sin esperar nada a cambio con la colaboración desinteresada de los demás conciudadanos.  De ahí  que desempeñé puestos como Bombero Voluntario, Jefe de Socorristas de la cruz roja, comerciante  independiente en las áreas de restaurante, bar y mercantil, fui bancario, gerente  empresarial, concejal del municipio, presidente  de la cámara de comercio y luche por el turismo regional con Kapaz a la cabeza.
No fui comisario  ni alcalde, puestos que me fueron ofrecidos interesadamente en la época del boom cocalero porque mis principios de moralidad  y aversión hacia ese cáncer llamado política que no me lo permitieron.
Salí de esa ciudad porque las circunstancias me lo exigieron, pues al caerse un avión de la Fuerza Aérea  Colombiana en el año de 1985 por negligencia, terquedad y falla en el servicio de su comandante, sufrí un trauma sicológico al privarme este accidente   a mi y a muchos colombianos,  la alegría de seguir conviviendo con un sinnúmero de amigos y en mi caso particular con mi hermana los cuales  murieron en esta ocasión.
Como miembro de la Cruz Roja me tocó este traumático rescate.
Desde ese entonces he salido y entrado a la ciudad por la puerta grande y a pesar del trauma sufrido,  no tengo para ella  ni sus habitantes resentimiento ni aversión, al contrario solo tengo para ellos deudas de gratitud, respeto y amor ya que al acogerme por tantos años  me dieron lo mas representativo para mi como fueron un  hijo y mi esposa con la cual llevo mas de treinta y cinco años de dichoso matrimonio.
Esta bien que la problemática que esbozo en mis escritos es extensiva para la mayoría de las ciudades colombianas, pero en el caso de Leticia tiene su particularidad.
En otras ciudades para darte cuenta del sinnúmero  de problemas que la afectan llámense: tráfico de influencias, chanchullos, desfalcos, corrupción, politiquería, violencia etc, si tu no ves   televisión o escuchas la radio no te enteras absolutamente de nada, caso contrario  ocurre en Leticia en donde con el solo hecho de sentarte en un cafetín y compartir mesa con varios regionales te das cuenta en vivo y en directo de lo que pasa en la ciudad porque allí te lo cuentan y porque los actores de las infracciones, por todos conocidos, deambulan por las calles ante la mirada impávida y mas bien complaciente de la mayoría de sus habitantes quienes sabiendo de los antecedentes y actuaciones, no denuncian porque algún nexo interesado, familiar o económico con el personaje o la entidad a la que pertenece se los impide.
Y es ahí en donde nace mi reacción al ver la cantidad de situaciones anómalas que se presentan a diario, de la forma como la mayoría de personas quieren sacar partida del presupuesto, de la dejadez con que se maneja la ciudad, de la falta de autoridad, de la suciedad, polución y  de un sinnúmero de cosas que impiden el buen desenvolvimiento de la ciudad y de las que nadie dice nada. Por esta razón me propuse durante el último año y medio que permanecí en la ciudad en donde monté un negocio que rompió con todos los esquemas  y que muy pocos conocieron porque ese tipo de negocio no pertenece a la idiosincrasia leticiana porque ni la polución auditiva, ni el escándalo, ni la música bohemia tuvieron cabida en el,   pues era  un bar- galería  tertuliadero  en donde me propuse  fomentar cultura y calidad de vida.
Allí tuve la oportunidad de afianzar más mis conocimientos sobre lo que ya sabía de la región  y sobre muchos de los tópicos que aquejan últimamente la ciudad, pues al  departir con personajes de la administración, asesores , secretarias, escritores, músicos, personas del común, y turistas nacionales y extranjeros, sin saber de mis propósitos, supe de viva voz muchas de las cosas que he denunciado de las cuales poseo  pruebas basadas en la realidad y no en el chisme que es la característica general de los comentarios que se escuchan en la ciudad.
Todo esto complementado con mis visitas frecuentes a la plaza de mercado lugar clave en donde se sabe a ciencia cierta los pormenores de lo que pasa en el pueblo, además de los recorridos con cámara en mano por los alrededores y extramuros de la ciudad en donde pude ver, preguntar filmar y fotografiar la triste realidad, la que afortunadamente  no le muestran al turista.
Desde ese momento empecé a publicar mis escritos denuncias   en los periódicos regionales para que quedaran plasmados en ellos como documento de que el problema existe y tratar de sensibilizar algún alma que le duela la ciudad para que tome los correctivos y subsane la situación. Y no fue en uno sino en varios periódicos en donde los publicaron  tales como “Evaluación y Gestión” de mi amigo Mauricio Córdoba Zoza “Actualidad Amazónica” de Héctor Fabio Osorio y “Prensa Amazónica” de Francisco “Pacho” Salas.
Con esta aclaración quiero demostrar  que no soy ningún  resentido, aparecido ni un desconocido en la región, como lo han manifestado algunos de  mis detractores a los que con mis escritos les “cae el guante” como se dice literalmente.
Afortunadamente mis escritos  han calado en muchas personas concientes de que las cosas en Leticia tienen que cambiar, que no se puede seguir permitiendo que el presupuesto  se siga manejando como plata de bolsillo por varias personas  que conocen el secreto para dilapidar lo que no les pertenece. Que la ciudad no se puede seguir manejando como esa mentalidad pueblerina que no los deja avanzar al estar pensando en proyectos “micros” a sabiendas que ya la ciudad pide a gritos proyectos “macros” y que el bienestar de la población esta por encima de los intereses personales.
No me considero un “non plus ultra” ni nadie por el estilo, no ostento un cartón profesional   de los que fraudulentamente se elaboraban o elaboran en la ciudad,  sobre todo para los profesionales que llegan a la región graduados en la universidad del aire o sea  en el vuelo entre Bogotá y Leticia, pero si creo tener autoridad moral con conocimiento de causa  para escribir y sentarme  con cualquiera de los famosos “profesionales universitarios”  de los que manejan los hilos de la administración local para rebatir y enunciarles sin ambages ni tapujos las principales causas por las cuales la ciudad cada día va de mal en peor, pues esto me lo permite mis conocimientos anteriores además de los contactos con personajes a nivel regional y nacional con los cuales analice muchos de los problemas que aún siguen vigentes y  sobretodo haciendo gala de las palabras del famoso locutor deportivo Julio Arrastía  Brica (q.e.p.d) quien decía que: “La    experiencia         no     se      improvisa”  “
Así es mis amigos que desde que el Dios del cielo me permita seguir viviendo y la razón no me abandone, seguiré escribiendo sobre temas varios con respecto a la región , personales, anecdóticos que ilustrarán mucho de la historia de la ciudad que casi todo el mundo conoce pero que nadie se atreve a escribir.
Además por que me duele lo que esta pasando y con dolor de patria lo digo que si quieren que esa región salga de esa apatía, falta de cultura ciudadana y sobre todo esa falta de pertenencia que los abruma para que en un tiempo no muy lejano veamos la Leticia que  queremos como dice Héctor Fabio, deben de romper muchos esquemas. Empezando por que si no se unen para sacar adelante los proyectos futuristas para la región, ya que la unión hace la fuerza,  dejar esa forma egoísta de pensar en donde la premisa primero yo, segundo yo y tercero yo esta por encima de todo y la ciudad que es la generadora de trabajo y por ende de su majestad el dinero, quede relegada a un último plano con sus problemas que no tienen dolientes y si a eso le agregamos  la doble moral, la ansiedad heredada de sustraerse ese presupuesto a toda costa, la insensibilidad y la falta de  amor por la ciudad … no llegarán a ningún Pereira.
Leticia tiene  que cambiar y mostrarse al mundo como lo que fue: esa ciudad a la que todos amábamos, en donde se sentía ese patriotismo arraigado, la ciudad en donde éramos todos para uno y uno para todos, la ciudad turística por excelencia, ciudad ecológica,  pulmón del mundo  y remanso de paz, lo cual será posible con la ayuda mancomunada y desinteresada de todos nosotros.
La amazonía con su río Amazonas incluido son el futuro de nuestros hijos, de  Colombia y del mundo…… no los defraudemos

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