No lo dije yo….
Cierta tarde al declinar el sol, entró a mi
almacén una turista paisa acompañada por otras personas.
Al observar
los productos de decoración hindú que importé a la región con miras a
darle a la población flotante otras
opciones de compra, en cuanto a artesanías y regalos se trata, dialogó conmigo sobre
la belleza de la obras de esa cultura
milenaria y ya entrando en el tema que nos preocupa y es el de la calidad de
ciudad que le ofrecemos al turista le pregunté: bueno y cuénteme como le ha
parecido la ciudad?
Esa pregunta fue como si le hubiera dicho que
estaba hablando en directo para una
cadena radial, porque empezó: primero que todo dígame usted de donde es, al confirmarle
que yo también era paisa me dijo que
ahora si podía hablar con confianza para no herir susceptibilidades y empezó:
vea paisano ahí va a perdonar por que usted vive aquí pero le voy a decir la
verdad.
Afortunadamente en mi local había una
amazonense de raca mandaca que también esta empecinada en la gente que nos
visita se lleve una buena imagen de su ciudad.
Venga -le dije- para que escuche esta
apreciación de una persona que viene de una ciudad como Medellín en donde se
maneja una calidad de vida aceptable.
Con la escucha de la invitada la señora
continuó, que desilusión tan verraca la
que sentimos al observar esta ciudad, la realidad es totalmente diferente a la
imagen que traíamos de ella. Ese concepto de tranquilidad que uno piensa
experimentar durante la estadía se desvirtúa con el despelote de las motos que
circulan sin ningún control, violando todas las leyes de transito y a las que hay
que hacerles cabriolas para no ser atropelladas.
La trepidación de los vehículos en que uno
monta al rodar por sus calles, mas bien parece que estuviera uno navegando con
un mar de leva como acompañante.
Y que decir de los huecos, pensábamos que el
problema solo se veía en el interior del país, pero es inaudito que para el
tráfico que maneja la ciudad existan semejantes cráteres.
La suciedad a la que esta sometida la ciudad da
lástima, pues pensábamos que ecológicamente ésta era el modelo de ciudad que toda
Colombia añora por tratarse del Amazonas Colombiano.
Con decirles que íbamos a ir a la isla de los
micos, pero al llegar al mal llamado malecón, un muladar que por su aspecto y
pestilencia, da nauseas, y no deja
turísticamente bien parada a la ciudad, desistimos del viaje y más bien nos fuimos
caminando hacia la frontera
Al pasar al lado brasilero observamos la diferencia de
ciudades. Mi amiga se limitaba a escuchar.
Que lástima que esta radiografía de la ciudad
deja mucho que pensar de sus gobernantes,… parece que aquí no existieran. Ante
esta aseveración la amazonense enfatizó: si señora, usted tiene toda la razón,
que pena con ustedes que la imagen de mi ciudad no llenó sus expectativas pero
esta es una triste realidad..Aquí no hay autoridad ni gobernantes.
Señor alcalde y señor gobernador acuérdense del
dicho “turista satisfecho trae mas turistas”… no maten la gallina de los huevos
de oro.
Carlos Javier
Londoño O.
es el primer escrito, que leo, me parece interesante como presentas la historia, seguire leyendo y te haré los comentarios pertinentes Julio Cueva Marquez
ResponderEliminarGracias Julio, sus comentarios son muy importantes para nosotros los que escribimos.
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