sábado, 21 de abril de 2012


No lo dije yo….



Cierta tarde al declinar el sol, entró a mi almacén una turista paisa acompañada por otras personas.
Al observar  los productos de decoración hindú que importé a la región con miras a darle a la población flotante  otras opciones de compra, en cuanto a artesanías y regalos se trata, dialogó conmigo sobre la belleza de la obras  de esa cultura milenaria y ya entrando en el tema que nos preocupa y es el de la calidad de ciudad que le ofrecemos al turista le pregunté: bueno y cuénteme como le ha parecido la ciudad?
Esa pregunta fue como si le hubiera dicho que estaba hablando  en directo para una cadena radial, porque empezó: primero que todo dígame usted de donde es, al confirmarle que yo también era paisa  me dijo que ahora si podía hablar con confianza para no herir susceptibilidades y empezó: vea paisano ahí va a perdonar por que usted vive aquí pero le voy a decir la verdad.
Afortunadamente en mi local había una amazonense de raca mandaca que también esta empecinada en la gente que nos visita se lleve una buena imagen de su ciudad.
Venga -le dije- para que escuche esta apreciación de una persona que viene de una ciudad como Medellín en donde se maneja una calidad de vida aceptable.
Con la escucha de la invitada la señora continuó,  que desilusión tan verraca la que sentimos al observar esta ciudad, la realidad es totalmente diferente a la imagen que traíamos de ella. Ese concepto de tranquilidad que uno piensa experimentar durante la estadía se desvirtúa con el despelote de las motos que circulan sin ningún control, violando todas las leyes de transito y a las que hay que hacerles cabriolas para no ser atropelladas.
La trepidación de los vehículos en que uno monta al rodar por sus calles, mas bien parece que estuviera uno navegando con un mar de leva como acompañante.
Y que decir de los huecos, pensábamos que el problema solo se veía en el interior del país, pero es inaudito que para el tráfico que maneja la ciudad existan semejantes cráteres.
La suciedad a la que esta sometida la ciudad da lástima, pues pensábamos que ecológicamente ésta era el modelo de ciudad que toda Colombia añora por tratarse del Amazonas Colombiano.
Con decirles que íbamos a ir a la isla de los micos, pero al llegar al mal llamado malecón, un muladar que por su aspecto y pestilencia, da nauseas,  y no deja turísticamente bien parada a la ciudad, desistimos del viaje y más bien nos fuimos caminando hacia la frontera
Al pasar  al lado brasilero observamos la diferencia de ciudades. Mi amiga se limitaba a escuchar.
Que lástima que esta radiografía de la ciudad deja mucho que pensar de sus gobernantes,… parece que aquí no existieran. Ante esta aseveración la amazonense enfatizó: si señora, usted tiene toda la razón, que pena con ustedes que la imagen de mi ciudad no llenó sus expectativas pero esta es una triste realidad..Aquí no hay autoridad ni gobernantes.
Señor alcalde y señor gobernador acuérdense del dicho “turista satisfecho trae mas turistas”… no maten la gallina de los huevos de oro.

                                                                     Carlos Javier Londoño O.






2 comentarios:

  1. es el primer escrito, que leo, me parece interesante como presentas la historia, seguire leyendo y te haré los comentarios pertinentes Julio Cueva Marquez

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  2. Gracias Julio, sus comentarios son muy importantes para nosotros los que escribimos.

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