miércoles, 25 de abril de 2012

En mis 145 años

“Carta de doña Leticia Amazonas a sus conciudadanos”



Amigos conterráneos: hoy que arribo a los 145 años de mi fundación, quiero dejar plasmadas en este escrito  mis angustias y frustraciones, además de las inquietudes que tengo desde el día en que fui declarada capital del departamento del Amazonas,  y que con el transcurso de los años me han venido ocurriendo sin que ningún doliente se apersone de mis sufrimientos ni pormenores para sentirme de nuevo con la calidad de vida que tenía.
Está bien que antiguamente no era la ciudad más próspera, populosa ni la modernidad se observaba por  mis polvorientas calles, pero  si me consideraba una ciudad acogedora, tranquila, fraternal, con sentimientos de patria y en donde el verdor de mis árboles sembrados o nacidos estratégicamente  me daban esa frescura natural. 
También fue una época en que mis regentes eran nombrados por sus buenas cualidades, ansias de trabajar  por mí, empatía  con mis conciudadanos y sobre todo por sus valores morales y  aunque era normal que  despertaran  celos,  siempre eran del aprecio popular.
Pero hoy que nos dieron la oportunidad de escoger mis gobernantes, las cosas cambiaron pues me están nombrando personajes que  muestran inicialmente su faceta de oveja pero que automáticamente cuando llegan al poder se convierten en el lobo depredador del presupuesto con intereses personales que priman sobre el bien común,  siendo esta una de las causas del estado de deterioro en que me encuentro.  
Antiguamente con mi gran compañero geográfico, el río Amazonas, hacíamos una llavería   extraordinaria  para tratar de que nuestros visitantes se fueran maravillados por las cosas naturales que le ofrecíamos tales como observar desde su orilla a veces pantanosa,  la grandeza de esa carretera fluvial, esos atardeceres multicolores cuando el sol  decaía y se  adormecía en su lecho con  la brisa de fondo refrescando los rostros de los observadores y tantas otras cosas agradables que podíamos ofrecer que hoy me da nostalgia recordarlas.
Pero bueno, recordar es vivir y más bien concentrémonos en mi triste realidad: Ya me llegó el modernismo con las consecuencias que esto conlleva y que no puedo evitar,  pero si mis autoridades  y mi papá  gobierno me colaboraran las cosas fueran más llevaderas.
Voy a hacerles un breve recuento de mis penurias para que se den cuenta como han cambiado mis componentes tanto físicos, económicos, administrativos, ambiental, arquitectónico, humano y turístico entre otros.
Físicamente me cambiaron mi fisonomía pues de ser un pueblo relativamente organizado pasé a ser una microciudad desorganizada  con la misma  mentalidad pueblerina que poseía que en nada me esta beneficiando.
Económicamente tuve mis momentos de felicidad pero que mal librada  salí de esa bonanza cocalera que tanto boato me manifestó y me suplió  de tantas necesidades básicas existentes, pero que desafortunadamente me dejó ese karma y esa mentalidad de dinero fácil, falta de sentido de pertenencia  y doble moral,  que muchos  de mis conterráneos no han podido superar.
Y que decir de mis administradores, que estigma estaré pagando para que con el consentimiento de mis pobladores, elijan y me impongan unos personajes que no sienten ni el más mínimo amor por mí ni por mi amigo el río que somos prácticamente lo más valioso, y para muestra un botón observen el muladar en que esta convertida la orilla del malecón y sus alrededores que influyen en mi contaminación  y la del río, complementado con el mal aspecto   visual que ofrecen las vetustas y destartaladas casas si se pueden llamar así que componen el barrio llamado la isla de la fantasía que en nada nos beneficia con el   visitante  quien después de rodar por las deterioradas calles de la ciudad llegan al puerto a  embarcarse hacia los   sitios turísticos más representativos que tenía como son la Isla de los micos y el parque nacional Amacayacú  los cuales por negligencia de ciertos actores  nos lo quitaron pasando a manos del pulpo hotelero-turístico llamado Aviatur lugares que ahora económicamente en poco me benefician, pues las ganancias de estas excursiones “amarradas” la mayoría se van  para la capital, heredando únicamente de ellos las basuras contaminantes que nos dejan.
Solo falta que se apoderen de lo poco que me queda como es la población de puerto Nariño, para que completen turísticamente el paquete.
Otras de las cosas  que  me tiene preocupada  es el caso de la contaminación que estoy sufriendo tanto en el centro como en mis alrededores  por causa del mal uso de los residuos sólidos  o basuras para me entiendan mejor y aunque ya están tratando de tomar los correctivos, hacen falta unas campañas contundentes de concientización  a mis ciudadanos quienes  son los causantes de este deterioro ambiental y si a esto le sumamos la contaminación auditiva ejercida por los automotores, equipos de sonido de algunos locales comerciales y el perifoneo callejero que  aumenta cada día más, el despelote automotor en donde cada cual tiene su propio estatuto de tránsito, la drogadicción, la prostitución de menores auspiciada la mayoría de veces por los mismos padres, las enfermedades de transmisión sexual de las que poco hablan  las autoridades sanitarias, las pandillas, robos, la  ludopatía  y  otros tantos fenómenos negativos que se están apoderando de mi entorno debido a la cantidad de gente que me está llegando a mi territorio  llámense, reinsertados, desplazados, desempleados y   rebuscadores,  les comento que nos estamos diciendo mentiras y se las estamos diciendo a los turistas al seguir catalogándome como ciudad ecológica y remanso de paz en esta querida Colombia.
“No podemos esperar que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo” decía Einstein.
No es mucho lo que les estoy exigiendo a ustedes mis habitantes y sobre todo a ustedes mis administradores pero por favor codéense con mi gente, úntense de  pueblo quienes los eligieron para que juntos hagan algo por mí, se los digo sinceramente que a mí me da pena que me visiten , pues no quiero que me vean en este estado tan deplorable en que me encuentro y  sé que muchos no están de acuerdo con estas aseveraciones pero aquí llegan personajes con mayor visión que la nuestra, que nos muestran la realidad y como respuesta les damos  animadversión con tintes segregacionistas en vez de canalizar estos comentarios o estos comparativos que  posiblemente redundarán en que mi calidad de vida mejore para bien de todos.
Por favor ayúdenme a mejorar ese estado de  estancamiento gubernamental en que me encuentro,  a mejorar mi imagen y sobre todo mi aspecto físico a ver si este si este señor  autor de tantos escritos que no me dejan bien librada, oriente sus comentarios a los aspectos positivos que el quiere recalcar  y lanzar a cuatro vientos pero que con el estado actual en que me encuentro, le doy toda la razón.
Espero que celebremos este nuevo aniversario con todas las de la ley pero no la ley etílica con que se celebran la mayoría de mis actos sino con una toma de conciencia  y un cambio de actitud  si quieren ver en mí una ciudad atractiva, agradable ambiental y ecológicamente, organizada y con calidad de vida que eso es lo mínimo que esperan  ustedes que viven en esta frontera en donde yo, la homenajeada, soy la cenicienta de Colombia por no ser una
ciudad  atractivamente electoral.
Bien lo dicen mis veteranos moradores “Todo tiempo pasado fue mejor”.
   

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