Mayo 17 de 2020
“38.368.800 minutos
de vida”
En un pueblito de Antioquia de cuyo nombre si quiero acordarme
llamado Zaragoza, hoy, después de haber transcurrido un tiempo de 38.368.800 minutos nací yo, ocupando
el quinto lugar en la cadena alimenticia de la familia Londoño Ocampo. (Sin
pena, saque la calculadora y averigüe por el total de años que cumplo para que
no se quede en ascuas).
Desde ese día, al haber nacido
sietemesino, comenzó mi lucha para salir adelante en los avatares que la
vida me ha deparado.
Por eso hoy, al abrir los ojos y
sentirme vivo, poniendo los pies en el suelo y levantándome con la energía que me ha caracterizado, mirando hacia el
cielo, agradecí de nuevo al Hacedor de vidas por permitirme llegar a este nuevo
aniversario con salud, actitud positiva, buena compañía familiar y lo más
importante, tener como motivación de vida, un grupo de amigos incondicionales
con quienes al comunicarme personalmente o por wasaps, hacemos que la vida sea
más agradable y amena evocando aquellos gratos recuerdos de las cosas que nos
hacían y nos hacen felices, amigos con quienes a veces he tenido diferencias
por mi modo de actuar, pensar o por la
irreverencia con que veo, digo o escribo
las cosas, incidentes que no han sido obstáculos para que la amistad siga
vigente.
Y precisamente a eso voy a
referirme sucintamente sin tratar de
polemizar, herir susceptibilidades ni generar enemistades, simplemente voy a
contar algunas de las cosas que hago para haber llegado a esta edad, saludable,
positivo, con ganas de seguir viviendo,
con la mamadera de gallo a flor de piel y buenos amigos entre otros, como ingredientes principales
para vencer una cantidad de enfermedades psicosomáticas que nos perturban la
salud por estar pensando o haciendo maricadas no aptas para la edad, actitudes que si uno está dispuesto a
obviarlas, rompiendo esquemas, de seguro
que mejorarán la calidad de vida, pero si persiste
en permanecer en la misma monotonía, evitando el cambio, los he de ver
arrastrando las patas, actuando y hablando como viejito y con la cerviz doblada
así estén más jóvenes que yo.
Para obviar esa vejez prematura,
lo importante es mantener la mente despierta, ser dinámico en muchos aspectos,
sobre todo manejar, por lo menos lo básico de la tecnología para estar en
contacto con la realidad mundial y no estar en casa como un ermitaño vegetando
únicamente. Manejar la picaresca para no
tomarse la vida tan en serio, mantener un léxico apropiado para hacer amena una
conversación sin tantos eufemismos, teniendo respuestas apropiadas para cada pregunta, con miras a que no te
compliquen la vida y eso es precisamente una de mis características al manejar
e incluir en mis conversaciones el “Hijueputazo” palabra tan común en el hablar paisa que ameniza un
diálogo, a no ser que se use con otra connotación porque ahí sí, la cosa
cambia. A raíz de ello, cierta vez un
amigo me preguntaba que yo por qué todo lo hablaba, era en base a “palabras” o
groserías para ser más exactos. Ante ésta
inesperada pregunta, mi respuesta
inmediata fue: Y cuál es el hijueputa problema? respuesta ante la cual el amigo
se rio alcanzando solo a decir - con vos no se puede – continuando la conversación como si nada hubiese
sucedido. Si a esto le agregamos una dosis de chistes y buenas anécdotas, te aseguro que no
sufrirás ni de gastritis, ni de estrés ni de enfermedades que te van a
somatizar el cuerpo y por ende tu salud. Aleja de la edad la terquedad, porque
si la tienes te comento, estás jodido, porque eso de llegar a adulto mayor: enfermo,
pelao y terco, son tres factores que nos aseguran muerte prematura.
Otra de las cosas que hago y que
favorecen mi situación actual de salud,
es la de no creer que porque ya soy un adulto mayor, debo actuar como tal, es decir, debo andar como viejo, hablar como viejo y
actuar como viejo si lo que rige nuestra vejez y es un concepto muy
personal, es la mente, así que soy
adulto mayor pero actúo con una mente joven , actuar que para muchos puede ser
ridícula, cosa que me importa una higa, para no
ser más displicente, porque como lo dijo algún anónimo, cuando se es
viejo en la piel, hay que ser joven en la mente y en el alma, ya que para mí,
lo que está en juego no es lo que piensa
la gente , sino mi buena actitud ante la
vida que eso es lo que nos mantiene con salud y vivos para resistir los pocos o
muchos años que nos quedan de vida, con
dignidad y aunque ya uno esté enfermo, la calidad de vida es la que prima en
donde la “prevención” está como primer factor para tratar de solventar
cualquier eventualidad enfermiza que
atente contra nuestra salud.
Es mucho el tiempo que ha
transcurrido desde que nací, adquiriendo
cada día, experiencia y conocimiento que me han forjado a ser quien soy, porque es
ella, la experiencia, nombre con que bautizamos nuestros errores, la que nos
lleva a una buena madurez, en el tiempo
y en la edad.
Y a pesar de todo lo que me ha tocado ver,
hacer y vivir, la nueva experiencia que
estamos viviendo de esta pandemia ojalá
irrepetible, no deja de ser una experiencia y una enseñanza más, en
donde la vida y la naturaleza nos llaman la atención cuando estamos atentando
contra ellas y contra nosotros mismos.
Solo le pido a Dios un poco más
de vida para seguir viendo los cambios que se están presentando por causa de
esta humanidad inconsciente, indolente y estúpida quienes brindándole tributo a
las banalidades terrenales están cambiando el orden del universo en
donde ya la verdad puede ser controvertida, lo malo pasó a ser bueno, lo ilegal
a ser legal, el bandido a ser honorable, entre otros cambios que se están dando
en este disparatado mundo.
Realidad plasmada en ese famoso tango llamado Cambalache escrito en 1934 por
Discépolo, radiografía vigente para el mundo actual cuando asegura que ya a
nadie le importa si uno nació honrado, pues hoy resulta que es lo mismo ser
derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso estafador, todo es
igual, nada es mejor lo mismo un burro que un gran profesor, no hay aplazaos,
ni escalafón los inmorales nos han igualado. Si uno vive en la impostura y otro
hala en su ambición, da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón. Ese tango viene al caso por la idolatría desmesurada que se
está presentando a su majestad don
dinero, en donde por él y por poder,
parte de la humanidad representada en sus gobernantes, están acelerando la
decadencia de la sociedad y lo trastocado que anda este mundo, lo cual puedo
resumir en esta filosófica enseñanza protagonizada por la mentira y la verdad, actualizada
para la época y para la ocasión: se encontraron la verdad y la mentira en un
paisaje natural muy hermoso con un cristalino lago incluido. La mentira le
comenta a la verdad que el día estaba estupendo para nadar en el lago, que el agua estaba tibia y deliciosa.
Como las palabras procedían de la
mentira, la verdad quiso comprobar la veracidad de lo que decía y así lo hizo, luego introdujo
sus pies en el lago dándose cuenta de su calidez, razón por la cual aceptó la
invitación a nadar hecha por parte de la
mentira. Estando en la orilla procedieron a quitarse la ropa y nadar en las
tibias aguas del lago. En un descuido de la verdad, la mentira se salió del
lago y vistiéndose rápidamente con la ropa de la verdad huyó del lugar. Desde
ese día mucha gente prefiere ver a la mentira vestida de verdad, que la verdad desnuda.
Pudiera escribir muchas cosas más
sobre el tema que me compete, pero debo de guardar algo
para seguir contando dentro de un año, al cual llegaré con la buena actitud, la positividad, un toque de ejercicios, el agradecimiento, el respeto, una buena
compañía, buenas amistades, la ingesta de vez en cuando de un buen licor y lo más
importante manteniendo ocupada la mente
para no pensar en guevonadas.
Dejo constancia que lo que hago y
practico para mantenerme en forma, con el buen estado en que me encuentro, no son
dogma de fe, pero que funcionan, funcionan y para muestra un botón.
¡Ah! y recuerda: “lo mejor para
el estreñimiento mental, es cagarse de la risa”
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