Agosto 08 de 2018
“La verdad sea dicha”
Bien lo dijo Nietzsche: “A veces la gente no quiere escuchar
la verdad porque no quiere que sus ilusiones se vean destruidas”.
Y esto fue lo que ocurrió en el día de ayer durante el gran
acontecimiento de posesión de nuestro nuevo presidente Iván Duque Márquez
cuando en su discurso de presentación del nuevo
mandatario, el Presidente del Senado señor Ernesto Macías en un acto de
virilidad, respiró profundo y se sintió orgulloso al decir la verdad sobre el
gobierno espurio que acaba de pasar, valentía que no la tiene cualquiera según
Manuel Muñoz, al desenmascarar ante el mundo y ante el pueblo colombiano que
presenciaba en vivo y en directo la posesión, cada una a una de las mentiras , con estadísticas
no acomodadas según la situación, como lo venía haciendo el gobierno saliente, en
cabeza del nefasto mandatario quien en
colaboración con sus secuaces de turno,
manipuló a la opinión internacional y al pueblo colombiano.
Ante tamaño destape internacional, ahora salen los pelagatos
de siempre a reprochar esta acción diciendo, como siempre, que la ropa sucia se
lava en casa. Qué pena señores, esta oportunidad no se podía dejar pasar por
alto para mostrar al mundo la verdadera realidad en que dejo a Colombia este depredador,
verdades sin tapujos y sin eufemismos, no
como nos las presentaban para cubrir esta triste situación. Mal librado
salió el mitómano ante esta realidad comprobable.
Después de esta valerosa afrenta del señor Macías, sale a la
palestra el nuevo Presidente Duque a
dar su discurso de posesión en donde esboza de nuevo todas sus promesas
electorales hacia el pueblo colombiano, discurso conciliativo, de fe y
esperanza futurista, lleno de optimismo y de grandes proyectos reivindicativos para un país que quedo
en manos del narcotráfico, bandas criminales, delincuencia común, corrupción,
déficit fiscal entre otros adminículos que dieron al traste con la buena marcha
de la nación y engendros contra los
cuales tenemos que luchar si queremos sacar
este país adelante.
Dejándoles además, muy claro el mensaje a los que gozaban del
apoyo del gobierno saliente: que se les acabó
la guachafita, los eufemismos y la repartición de mermelada.
A trabajar todo el mundo en pos del futuro de la Colombia que
queremos.
Como advertencia final de nuestro presidente agrega que: el
que la hace la paga y no es advertencia guerrerista, como saldrán a decir.
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