Julio 16 de 2013.
Crónicas leticianas 88
27 años después.
Amigo Roberto:
Hoy, 27 años después de que una bala del narcotráfico te cegara la vida, por decir la verdad acerca de los actores y
de la problemática del narcotráfico que nos agobiaba para esa época en el Amazonas, y en donde los beneficiados
eran más que los denunciantes, no es mucho lo que han cambiado las cosas en el pueblo y en este país.
Y en verdad desde tu muerte, no es mucho lo que han cambiado las cosas, cuando descubrieron que la verdad dejó
de ser importante, al ser considerada la información, como un negocio, sobre todo en éste país, en donde, cuando
el dinero habla, la verdad se calla.
No es mucho lo que han cambiado las cosas en éste país, en donde la legalidad y honestidad están mandadas a
recoger, cuando en ésta política colombiana de mierda, la hipocresía y la doble moral son virtudes totalmente
respetadas y necesarias.
Fueron años en que la verdad periodística no estaba tan contaminada, ni maquillada de acuerdo a las conveniencias,
como sucede hoy en día.
No es mucho lo que han cambiado las cosas en el pueblo, desde la época en que tú como Secretario Ejecutivo y yo
como presidente de la Cámara de Comercio del Amazonas, luchábamos hombro a hombro por el bienestar de esa
región, por los mismos problemas que aún siguen y seguirán vigentes ante la pasividad indolente y conformista de
una sociedad en donde la mayoría se doblega ante el mejor postor.
La lucha continúa y tu legado, por una Leticia futurista, en donde primen la honestidad y acción de los gobernantes
sobre el conflicto de intereses, aún sigue vigente, manifestada en una juventud ávida de cambio.
Aunque la lucha es dura, no durará mucho tiempo.
Y después de 27 años, tu crimen sigue impune.
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